Los recurrentes linchamientos son consecuencia de la mala administración de justicia según aseveró el ministro de Gobierno, Carlos Romero, ayer en declaraciones a la prensa.
El pasado jueves, dos jóvenes de 18 y 19 años, acusados de robar motos en la Central de Ayopaya -Puerto Villarroel- fueron atados a un palo santo, donde las hormigas los picaron durante tres horas. Luego la turba los pateó y apaleó. Esta tortura tiene a ambos jóvenes entre la vida y la muerte.
“Es un tema de seguridad pero también de fallas en la justicia” dijo Romero al señalar que las personas acuden a los linchamientos porque no creen en la justicia.
“Lamentablemente la justicia en Bolivia está en su peor momento”, acotó. Apoyado en varias encuestas realizadas en todo el país, el Ministro informó que de cada 10 personas consultadas respecto a si creen o no en la justicia ocho dicen que no. La autoridad enfatizó en que de nada sirven todos los esfuerzos que se hagan en seguridad ciudadana si no están acompañados por una buena administración de la justicia. “Las acciones quedan a medias y los efectos se trasladan a las comunidades”, dijo.
Sin embargo, aclaró que esta deficiencia en la justicia no justifica o da permisividad a las poblaciones y vecinos para que tomen justicia por mano propia.
Fuente: Opinión