El mensaje de Percy (y sus amigos)

Christian Aramayo* percy-fernandezBernardo Klicksberg decía que el ladrón no hace tanto mal por lo que roba como lo hace por el mensaje que transmite por robar.Lo grave de Fernández y de cada autoridad con algún escándalo vergonzoso no va por el evidente hecho en sí mismo; en término de incentivos, el mensaje desde la clase política que no renuncia inmediatamente a su cargo es evidente: yo hago lo que quiero porque tengo el poder de hacerlo.Con esos incentivos perversos del Yo haciendo y deshaciendo lo que quiere sin consideración alguna del Otro (Kant nos recuerda hace siglos que el egoísmo es la fuente del mal), los virtuosos, las personas con las más puras intenciones… los mejores, tenderán a alejarse de ese mundo sucio de la política que representa Fernández con sus deplorables actuaciones (junto a todas esas autoridades involucradas con algo tan vergonzoso) y serán entonces otros, cuyo horizonte ético termina en la punta de su zapato, quienes verán a la política como el lugar donde por tener una cuota de poder significativa podrán hacer las payasadas más vergonzosas y los crímenes más bajos y aún así, salir aplaudidos.Lamentablemente si Fernández no renuncia de forma voluntaria los futuros actores políticos (hoy jóvenes) “le meterán nomás” y otros se encargarán de arreglarlo hasta “volverlo legal”. Por el futuro de Santa Cruz y para que no se deteriore aún más la imagen de quien hace algunos años pudo ser uno de los mejores alcaldes de esta ciudad, hay que considerar seriamente que Fernández debe renunciar de forma voluntaria. *Estudiante de Economía