En memoria de Gary Becker

Luis Christian Rivas Salazar

LUIS CHRISTIAN El economista Gary Becker ha fallecido, era profesor de la Universidad de Chicago y digno representante del liberalismo económico, recibió el premio Nobel el año 1992 “por ampliar el dominio del análisis microeconómico a un mayor rango de comportamientos humanos fuera del mercado”. Su enfoque económico estudia el comportamiento de las familias, criminalidad, discriminaciones por sexo o raza y el capital humano.

El capital humano, componente del capitalismo, es un factor de producción que tiene que ver con el grado de educación, formación y productividad de las personas. También podemos decir que el capital humano es el “conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y talentos que posee una persona y la hacen apta para desarrollar actividades específicas”.



De acuerdo con los estudios de Gary Becker, gran parte del éxito económico que tienen ciertas sociedades prósperas tiene su base explicativa en la variable llamada “capital humano”, la misma que se encuentra relacionada con el nivel de formación especializada que tienen los individuos componentes de una sociedad. Entonces, el crecimiento económico está vinculado con la “inversión en el capital humano”.

Los países subdesarrollados carecen de este capital, necesitan capitalismo. Los llamados tigres asiáticos, por ejemplo, hasta ayer sociedades feudales – agrarias, ahora tienen fuerzas laborales excelentemente formadas, entrenadas, trabajan duro (hard working), utilizan y crean tecnología de avanzada para ser eficientes y escapar de la pobreza.

¿Pero, en manos de quién está la responsabilidad de invertir en este capital, en manos del estado o del individuo?, en su trabajo “Gobierno, Capital Humano, y crecimiento económico”, Becker responde: “… La evidencia durante la pasada mitad de siglo muestra que una intervención muy extensiva del Gobierno en la economía retrasa el crecimiento económico, pero uno podría discutir sobre el significado de ‘muy extensivo’. Un tema accesorio es que inversiones apreciables en capital humano son necesarias en el mundo moderno porque las economías modernas se basan en el uso eficaz del conocimiento y de las habilidades. Estos temas se interrelacionan. Una participación excesiva del Gobierno en la economía reduce la acumulación del capital humano eficaz, se encuentre este capital bajo la forma de buenos hábitos de trabajo, habilidades productivas o nuevo conocimiento. Y se necesita que el Estado esté involucrado únicamente en financiar una pequeña fracción de la gran inversión total en capital humano. En una economía de mercado que funciona adecuadamente, la vasta mayoría de las inversiones en capital humano sería la responsabilidad de individuos y organizaciones: padres que invierten en sus hijos, adultos que adquieren entrenamiento adicional y compañías y universidades que proveen entrenamiento, investigan y desarrollan tecnologías comercializables. Para mí, estas son las principales lecciones de la evidencia que nos da el crecimiento económico de los diversos países. Cuán bien el mundo incorpora estas lecciones influirá decisivamente las relaciones económicas y políticas entre las naciones en las décadas a venir”.

La democratización del conocimiento es un desafío que debemos emprender, para poder salir de la postergación y retraso. Asimismo, veo con mucho optimismo que la juventud pueda acceder a conocimiento científico y cierto material que no se adquiere en la mayoría de las escuelas, libros como “Padre rico, padre pobre”, lectura básica e imprescindible para entender lo que significa: “Libertad financiera”, cuyo máximo filósofo expositor es Robert Kiyosaki.

Muchas personas utilizan el internet como su enciclopedia de consulta, se nutren de nuevas ideas y descubrimientos, de los cuales no podrían disfrutar si no fuera por las bondades de la globalización y del capitalismo. Gracias a Becker comprendemos mejor este fenómeno humano.

El Día – Santa Cruz