La policía turca reprime una protesta en Soma, la ciudad de la tragedia en la mina

Miles de personas se manifestaban en la localidad donde el martes murieron unos 300 mineros

Manifestante herido en una manifestación en Soma (Turquía), este viernes. / B. KILIC (AFP)



La policía turca ha reprimido con dureza a varios miles de personas que intentaban manifestarse este viernes en Soma, la localidad donde esta semana han muerto cerca de 300 trabajadores de una mina de carbón.

Habitantes de esta ciudad, situada a unos 235 kilómetros al suroeste de Estambul, y grupos procedentes de otros lugares cantaban eslóganes contra el Gobierno mientras trataban de aproximarse a un monumento, erigido precisamente en honor de los mineros, cuando la policía antidisturbios ha intervenido usando cañones de agua y gas lacrimógeno. Estos días se han vivido enfrentamientos similares en Estambul, Ankara y Esmirna, la tercera ciudad del país, a unos 95 kilómetros de Soma.

La gente responsabiliza al Gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan por permitir que el trabajo en las minas se realizara sin la seguridad adecuada y en unas condiciones muy pobres. El suceso ocurrió el pasado martes, cuando una explosión provocó un incendio dentro de la mina y dejó atrapados a cientos de trabajadores.

La oposición ha denunciado que el partido de Erdogan, con mayoría en el Parlamento, había rechazado unos días antes de la tragedia una petición para investigar varios accidentes en las minas de esta zona. Ya en 2010, un informe de la Cámara de Arquitectos e Ingenieros había advertido de graves deficiencias en las minas de Soma, que podían suponer un peligro para la seguridad de los trabajadores.

Turquía no es un país signatario de la Convención sobre la Seguridad y la Salud en las Minas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y ocupa el tercer peor puesto del mundo en accidentes laborales por número de habitantes, según un informe de 2012 de la propia OIT.

La tensión en Soma llegó a su punto máximo cuando el propio Erdogan visitó la zona el miércoles y una multitud de personas lo increparon y exigieron su dimisión. Imágenes publicadas por los medios locales parecen mostrar al primer ministro golpeando a un hombre y también han aparecido fotografías de uno de sus asesores pateando a un manifestante que estaba siendo reducido por las fuerzas de seguridad.

El Gobierno ha defendido su labor y un miembro del partido en el poder ha asegurado que ha habido 11 inspecciones en esta mina desde 2009. “Si se encuentra a los responsables, no habrá ninguna tolerancia, independientemente de que sean del sector público o privado”, ha declarado el ministro de Energía, Taner Yildiz.

Representantes de la empresa que gestiona la mina, Soma Holding, también evadieron este viernes cualquier responsabilidad, aunque admitieron en rueda de prensa que aún desconocen la causa exacta del siniestro y reconocieron que la única cámara refugio en la mina había sido cerrada cuando la producción cesó en esa zona. Aun así, el director de la compañía, Alp Gurkan, insistió en que no había habido negligencia porque la ley no obliga a tener estas cámaras.

De los 787 mineros que se encontraban en el interior de la mina en el momento del incendio, se ha confirmado la muerte de al menos 284, 122 fueron hospitalizados y aún quedarían 18 dentro de la mina, según las cifras oficiales. Los equipos de rescate no han podido sacar con vida a ningún minero desde el miércoles.

Fuente: elpais.com