La rebelión camuflada

Suboficiales de las FFAA de Bolivia dicen que sus demandas no son recientes y llegaron hasta el presidente.

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Los suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas salieron a las calles en una protesta inédita. Lograron aglutinar apoyo de algunos movimientos sociales afines al Gobierno. Foto:APG Noticias.



Sin acatar órdenes superiores, contraviniendo el dogma principal de las FFAA, los suboficiales lograron doblegar a sus superiores y sentarlos a una mesa de negociación para conseguir un mejor trato. Para lograrlo comenzaron a ventilar los escándalos de una institución vertical, clave para la gobernabilidad del Estado

Marcelo Tedesqui V. EL DEBER, La Paz

Las órdenes y las jerarquías se acatan en las Fuerzas Armadas, más allá de cualquier consideración. Esa consigna, avalada por la ley orgánica de la institución castrense desencadenó un conflicto que enfrentó a los oficiales con sargentos y suboficiales que exigen, con el título de descolonización, un mejor trato en varios sentidos. Después de una pugna que llegó a las calles con marchas y huelgas de hambre, la luz al final del túnel aparece cuando se admite la necesidad de modernizar esa normativa.

Los sargentos y suboficiales rompieron la cadena de mando, y sacaron los trapitos sucios. Se manifestaron cansados de tener que pedir permiso hasta para casarse; de que sus superiores les soliciten (ordenen) pagar cuotas para las fiestas de sus superiores o sus esposas y que los mantengan relegados en un rincón del salón, entre muchas otras cosas.

Hay denuncias, también, que apuntan a oficiales que se han aprovechado o presionado a mujeres, esposas o damas militares, y han destruido hogares que supuestamente eran sólidos, incluso con casos de violación y extorsión en el medio.

En representación del Alto Mando Militar, el jefe de Estado Mayor, general Fernando Aramayo, el segundo a bordo después del comandante, desmintió algunos de estos excesos, pero no descartó que algunos abusos se produzcan, pero que son la excepción y no la regla.

Los casos

Al menos tres suboficiales denunciaron que tuvieron que pedir permiso para casarse. 

El general Fernando Aramayo respondió que él también lo hizo. “La profesión militar amerita y establece en su estructura una serie de aspectos diferentes a la vida civil. Todo el mundo en las FFAA debe solicitar permiso para cambiar de estado civil a su comandante; presenta una documentación y hasta un informe de la pareja. El jefe de la unidad debe tener una reunión con los dos y presentar un informe reservado. Ese documento lo deriva al Ministerio de Defensa, que emite una resolución” ministerial, explicó.

Los militares de bajo rango denunciaron un caso ocurrido en el departamento de La Paz. Un suboficial fue enviado “en comisión” a Pando. Su esposa se quedó en la unidad militar, cerca del lago Titicaca y fue invitada a una celebración. Las fuentes señalan que el comandante se aprovechó de que la señora estaba en estado de ebriedad para violarla y filmarla. Un video fue mostrado a este medio, en el que se ve que la mujer está casi inconsciente. Según los relatos, fue el oficial que filmó el hecho supuestamente para extorsionarla. El esposo se enteró posteriormente de lo sucedido. Con el tiempo la mujer inició una relación sentimental con el jefe militar, y se separó de su cónyuge. Los suboficiales denunciaron que de esa forma los superiores destruyen hogares y para ello se aprovechan de sus rangos altos, aunque informaron también que la mujer vive ahora en La Paz, mientras que los dos hombres involucrados en el caso tienen destinos en otras regiones del país.

Se denunció también presión a postulantes mujeres a la Escuela de Sargentos, como el caso específico de una persona que señaló a un jefe militar que le cobró “una suma alta” para agilizar su ingreso. A los pocos meses fue dada de baja y cuando ella presuntamente lo buscó para pedirle la devolución del dinero, este demandó a su padre y a ella por el delito de calumnia.  El señor fue condenado a un año de prisión y la denunciante a tres meses de trabajo supervisado.

Sobre estas supuestas violaciones, el jefe de Estado Mayor no tocó temas específicos, pero sí respondió a lo general, y señaló que “pueden darse algunos casos aislados, las FFAA están conformadas por 30 mil personas, hay distintas personalidades y militares de distinta graduación que tienen formas de actuar diferente. En la totalidad de las FFAA hay normas de conducta, de comportamiento, vigencia de los DDHH. Pero no perseguimos a nadie”, manifestó.

Atrás quedaron los baños y los casinos reservados para unos u otros, pero los oficiales 

de bajo rango advirtieron que los emisarios del comandantede las unidades piden cuotas altas, de 200 a 300 bolivianos, para celebrar el cumpleaños del jefe o hasta de su esposa. “Nos obligan, y hay un sector reservado para ellos y otro para nosotros. Dividen el salón y nos mandan a un rincón”, aseveró.

“En el salón estamos todos, si es que hay testera, allí siempre está el suboficial comando”, respondió el jefe militar consultado, quien volvió a repetir que pueden presentarse algunas excepciones.

Tras la crisis, hay una comisión que ambos bandos discuten y revisan la Ley Orgánica, el jefe de Estado Mayor dice que estos aspectos se debatirán en esa instancia. El debate sigue pendiente, pero los suboficiales ganaron una batalla, y por ahora sentaron a sus superiores a la mesa de negociación

No podemos permitir un sindicato armado

Tomás Peña y Lillo – General De Ejército y Analista Militar

La actitud de un determinado sector de suboficiales y sargentos ha generado una división dentro de las Fuerzas Armadas, y esta no se va a poder subsanar mientras este grupo no sea extirpado. Es un hecho que la profesión militar se basa en la camaradería, en la renuncia de uno por el otro y en la absoluta confianza de parte de los camaradas, esas son las bases esenciales.

Aquí hemos observado una ruptura de los cánones militares de parte de este grupo de suboficiales y sargentos. Particularmente no creo que su actitud llegue a nada bueno, porque estoy seguro de que se basan en mentiras, denuncias infundadas. 

Ellos dicen que son discriminados. Pregunto, ¿no discriminan ellos a los soldados?, ¿Cuando sean tenientes, como ellos quieren, no serán discriminados por los capitanes? Y así sucesivamente. Si le llaman discriminación a la jerarquía, deben saber que ellos en todo momento serán discriminados.

Además que seguramente sus demandas no acabarán aquí. Al próximo año seguramente aparecerán en la palestra con nuevas demandas. Pero la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas va a ser consensuada y redactada por los mandos militares, eso es inobjetable, y seguramente intervendrán las mejores mentes.

Es decir, esto no quiere decir que se les va a dar gusto en sus reclamos. Presentan denuncias infundadas, como también señalan que reciben malos tratos en Cossmil. Reclaman un título sin ser licenciados. Creo que si logran su objetivo se daría un pésimo ejemplo. A los oficiales lo hecho por estos suboficiales no les ha gustado nada y han visto ese accionar como una traición a la Patria. Solamente piden cosas para ellos, en ningún momento hablaron de la falta de munición, de equipamiento, de las pésimas condiciones en los cuarteles, solo de ellos. Es muy difícil subsanar esta división. Ojalá que esta rivalidad no sea tan fuerte como la que hay entre policías y militares; no se sabe de dónde provino este movimiento que tan fácil olvidó nuestros postulados y sus juramentos. Han mordido la mano que les dio de comer y a nadie le gusta eso.

Este conflicto terminará cuando se separe al personal que no está de acuerdo con ser militar, con todo lo que ello implica y cuando se haga una ley orgánica moderna, pero sin olvidar la base y la esencia de la obediencia.

No podemos permitir que se genere un sindicato armado, eso es muy peligroso, porque podría generar una lucha armada. 

Suboficiales dicen que sus demandas no son recientes y llegaron hasta el presidente

El proyecto de ley de Modificación a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, preparado por los militares de bajo rango, fue puesto a consideración del propio presidente Evo Morales en 2008, según suboficiales que conversaron con Séptimo Día y que pidieron guardar sus identidades en reserva.

De esta forma, aseguraron que la discusión del tema que generó un conflicto que ocupó los primeros lugares de la agenda mediática en las últimas semanas tiene larga data. La propuesta principal de ese documento es la descolonización de las FFAA, que implica la eliminación de los suboficiales y sargentos, para dar paso a los oficiales técnicos. 

Implica también la restructuración de la escala salarial. Señalaron que un general puede ganar hasta Bs 17.000, mientras que el suboficial mayor solo alcanza a los Bs 8.000.

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, respondió que se aplica una escala inversamente proporcional para ellos, lo que supuestamente les beneficia y que las diferencias no son grandes, tomando en cuenta que los oficiales tienen más estudios.

Luego de que explotó el conflicto, los suboficiales salieron a las calles para protestar, y protagonizaron marchas históricas. Recibieron el apoyo, en concreto, de un sector de los Ponchos Rojos de Omasuyos y de la ciudadanía.

La reacción

Sin embargo, ese hecho generó una virulenta reacción del Alto Mando Militar, que aunció las bajas de 702 sargentos y  suboficiales.

El lunes  pasado, el presidente Evo Morales se reunió por la mañana con los miembros del Alto Mando, horas más tarde se iniciaba un proceso de diálogo con los suboficiales de mayor rango, que recibió críticas y el desconocimiento de los militares movilizados, pero que mostró resultados.

Dos días antes, el vicepresidente Álvaro García Linera sentenció  como “terrible” e “imperdonable” que los suboficiales y sargentos hayan abandonado las fronteras y sus puestos militares; les dijo que no serán oídos si no respetan la cadena de mando y que si no estaban dispuestos a hacerlo, deberían irse de la institución. 

Ese discurso fue reforzado al día siguiente por el ministro Juan Ramón Quintana, en una entrevista con medios estatales.

Mientras tanto, el presidente Morales mantuvo un discurso mucho más cauto. Mientras el segundo mandatario desahuciaba a los sargentos y suboficiales rebeldes en un encuentro con medios en La Paz, el presidente, desde Trinidad, les agradecía a ellos como a los demás integrantes de las Fuerzas Armadas, por el apoyo a la ciudadanía durante los desastres naturales que sufrió especialmente el departamento de Beni.

Morales llamó a la disciplina, pero nunca se dirigió a este sector militar específicamente.

Fuentes gubernamentales señalaron que el mandatario y otros ministros, al menos no se oponen a la demanda del sector.

Tras la reunión de Morales con el Alto Mando, comenzó el diálogo. Se revirtieron bajas emitidas y los suboficiales negocian su propuesta de reforma a esa ley.