No lo dice ningún opositor a Evo Morales, sino quien hasta hace poco fuera el “fiscal estrella” de este gobierno, Marcelo Soza, ahora refugiado en Brasil.
“El Ministerio de Gobierno digita todos los procesos de su interés político”, dijo desde el vecino país, indicando que durante la investigación que condujo sobre el caso terrorismo se compraron testigos para incluir sin pruebas a líderes autonomistas cruceños.
Soza confesó que el citado caso fue un montaje gubernamental y añadió que decidió su salida del país porque su vida “estaba en riesgo”, en medio de una serie de pugnas internas del Movimiento Al Socialismo.
Incluso reconoció que en la Bolivia evista “no existe garantía judicial” y que los procesos son armados desde la Fiscalía General.
Desde el gobierno dijeron que Soza es “un delincuente” y se negaron a hacer mayores comentarios. El problema es que no sería el único delincuente en este caso, a juzgar por las confesiones del ex fiscal. Y los autores intelectuales estarían en altas funciones de Estado…