Peñaranda: Empresarios de medios deben implementar códigos de ética

El periodista Raúl Peñaranda pone en el tapete del debate no sólo la labor del periodista, sino del empresario que está a la cabeza de los medios de comunicación, cuyo rol puede ser determinante en el manejo de la información.

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NUEVO SUR, Tarija, Bolivia



Sentado y tomando una una taza de café en la casa de la pareja de excompañeros de la universidad y amigos de la vida como lo son Claudia y Gustavo, Raúl Peñaranda Undurraga, se alista para la entrevista con Nuevo Sur tras su breve paso por Tarija, donde presentó su libro en un acto efectuado la anterior semana en la Casa de la Cultura.

“Control Remoto” es la publicación que abrió una serie de debates entre comunicadores y periodistas bolivianos, respecto la revelación del manejo de la información a favor del Gobierno en medios de comunicación privados con fuerte incidencia en la población como La Razón, Extra, ATB y PAT.

Precisamente, el autor de este libro, el periodista, Raúl Peñaranda, es quien también pone en el tapete del debate no sólo la labor del periodista, sino del empresario que está a la cabeza de los medios de comunicación, cuyo rol puede ser determinante en el manejo de la información.

En Bolivia, el empresario no conoce en sí el rol que debe jugar dentro de un medio de comunicación y los resultados saltan a la luz con un mal manejo de la información, aunque, esta situación no se da en todos los casos, puso como ejemplo el trabajo realizado en el periódico Página 7 donde ejerció como Director por tres años.

“Te imaginas con un grupo accionario de 5 o 6 personas que cada uno te llame –poniéndose en el rol de Director o Jefe de Prensa- para pedirte la cobertura de una presentación de ballet de su sobrina, otro de un cumpleaños, otro de la presentación de un negocio, te vuelves loco!”.

Pero esta situación sí ocurre, especialmente en los medios de comunicación de ciudades más pequeñas, lugares en los que los Jefes de Prensa y periodistas, además de la agenda informativa, deben velar por los intereses no sólo económicos de los propietarios, sino encargarse también de eventos familiares, situación que Peñaranda la evidenció en sus recorridos que está realizando en la presentación del libro, recogiendo diversas opiniones sobre la realidad del periodismo nacional.

Si bien recién se abrió el debate sobre iniciar el trabajo para implementar un código de ética para los medios de comunicación nacionales, el cual incluya el rol del empresariado, Raúl cree que cada medio puede ir implementado su propio reglamento en ese sentido.

“Por ahora sólo es una idea”, basada en códigos que utilizan en otros países, pero asegura que el ejemplo de Página 7 puede implementarse.

Página 7

Explicó que en la época en que ejercía como Director de este medio de comunicación, en base al Código establecido, sólo recibía sugerencias del cuerpo accionario, las que le eran dadas únicamente por el presidente del Directorio, que en este caso era Raúl Garáfulic.

Los miembros del Directorio podían enviar las sugerencias a Garáfulic y éste mediante correo electrónico las remitía a Peñaranda como Director del medio, “ni siquiera me llamaba a mi celular”.

Tras recibir las sugerencias, el Director tenía la potestad de tomarlas en cuenta o no dentro de su agenda informativa, “yo veré”.

Sin embargo, recordó que las sugerencias fueron de temas relevantes con buenas fuentes de información y datos importantes para iniciar un buen trabajo investigativo. “El empresario puede proponer no imponer”.

Otras redacciones

Entre los medios que tuvo la oportunidad de hacer seguimiento para su trabajo de investigación, destacó la libertad que tiene el jefe de Redacción de El Deber de Santa Cruz, Tuffí Are Vásquez, acertando que tiene amplia delegación, se identificó al verlo trabajar, comparando con su época a la cabeza de Página 7.

Destacó que Aré, pese a no ser parte de la familia Rivero, dueña de esta empresa de comunicación, tiene la potestad de estar a cargo de la agenda y los temas a tratar. “Al final es la cabeza de la redacción”.

Situación similar ocurre según Peñaranda en Los Tiempos de Cochabamba, donde el director, Juan Cristóbal Soruco, también tiene la potestad de tomar de forma independiente las decisiones que crea convenientes para la redacción.

El contexto es diferente en los medios denominados por Peñaranda como “paraestatales” como La Razón, ATB, PAT, Full TV de Santa Cruz y Abya Yala, donde encontró el manejo de la agenda informativa de parte de autoridades ejecutivas del actual Gobierno, desde el vicepresidente, Álvaro García Linera, su hermano Raúl, el asesor Walter Chávez, el periodista Jaime Iturri, la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, el viceministro de Comunicación, Sebastián Michel, el exministro de Comunicación, Iván Canelas y el director de medios estatales, Moisés Mercado, quienes incidieron indirectamente en el trabajo periodístico.

Ni qué decir de los medios estatales, donde el periodista que ingresa a uno de éstos ya sabe a qué línea debe responder y es consciente de la información que quieren que emita, caso de Canal 7 BTV, Radio Patria Nueva, periódico Cambio, agencia informativa ABI, entre otras.

Cláusula de consciencia

La cláusula de consciencia es una alternativa a la que los periodistas puedan acudir en caso de tener que hacer temas que en cierta forma los comprometa o los deje en una situación incómoda por su cercanía con alguna de las partes, misma que pueda ser incluida en el código de ética a implementarse en los medios.

Recordó casos de este tipo que le tocó afrontar en Página 7, como de un periodista que era cristiano y mediante el uso de esta cláusula se negó a realizar un artículo que tocaba el tema religioso.

Otro también que recuerda era el referente a una nota sobre el actual presidente del club Bolívar, Marcelo Claure, la cual se negó a efectuar el reportero que estaba a cargo, debido a la estrecha amistad que tenía con la principal fuente, razón por la que el Director debió cambiar de periodista para dicho trabajo.

La polémica denuncia contra La Razón

“Tengo la certeza que esto es un show”, respondió de forma enfática cuando se le consultó sobre la querella iniciada contra el periodista de La Razón, Ricardo Aguilar, de parte del contralor del Estado, Héctor Arce, y de la determinación del juez 11º de Instrucción Penal, Jhonny Machicado, de que éste revele su fuente.

La denuncia contra Aguilar fue por los delitos de espionaje y revelación de secretos de Estado, como también a la directora de ese medio de comunicación, Claudia Benavente, por complicidad.

La demanda se originó en el reportaje de cómo en la demanda marítima triunfó la idea de los “actos unilaterales”, trabajo que fue publicado en el suplemento Animal Político, el cual según el denunciante revela “información reservada”.

“El artículo que da pie al juicio, es un relato que no revela nada nuevo”, es más como un resumen de todo lo ocurrido en el proceso de la demanda marítima.

Aseguró que La Razón sigue siendo uno de los medios de comunicación que más publicidad estatal recibe y después de la denuncia no bajó el aporte gubernamental, algo que no sucede precisamente con los medios denominados por el oficialismo como opositores.

“Lamentablemente fue utilizado como un chivo expiatorio, meda pena que él sea parte de un tramoya”, dijo con respecto al periodista Aguilar, asegurando que no se va a revelar el secreto de la fuente.

Para Raúl, todo este “show” fue ideado tras la publicación de su libro que revelaba el nivel de injerencia gubernamental en la redacción de La Razón y otros medios denominados paraestatales, de forma que se pueda “victimizar” para recuperar la credibilidad.

Editorial sin nombre y amenazas

Cuando ya tenía el libro listo, recibió una llamada de la editorial que estaba a cargo de la impresión para informarle que no iban a realizar el trabajo por temas de seguridad.

Peñaranda tuvo que buscar una nueva empresa editorial que saque el libro, consiguiendo una, pero ésta solicitó que el nombre de la empresa no estuviese en dicha edición.

Una singularidad, pues cualquier casa editorial lo primero que pide es que el nombre esté puesto en la primera página para ganar más adeptos.

“El propietario de la editorial que me rechazó dijo que nunca le había pasado algo así”, con respecto a las presiones externas que tuvieron para que no imprimiesen el libro.

Consultado si no teme por su vida y la de su familia, dijo que es parte del oficio de periodista, que en diversas oportunidades recibió amenazas de todo tipo.

Peñaranda recientemente fue acusado de ser “agente” chileno por haber nacido en aquel país, acusaciones que lamentó, pues si bien nació en Chile, su familia y actividades siempre las realizó en Bolivia, siendo un escape fácil del Gobierno para tapar todas las revelaciones que el periodista hizo.

Su renuncia a Página 7 como Director debió precisamente al ataque frontal del oficialismo hacia su persona que argumentaba que usaba ese medio para desprestigiar al Gobierno.

“No quería perjudicar al periódico” y por esa razón decidió renunciar de formal que el Gobierno no tenga mayores argumentos para deslegitimar el trabajo de ese medio de comunicación.

Compañera de vida.- Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer y detrás de cada periodista hay una abnegada compañera, esa es la  situación de la pareja Peñaranda-Molina. Mientras el periodista presentaba su libro, ella se encargaba de la venta de los mismos en el ingreso de  la Casa de la Cultura, al momento de las entrevistas lo esperaba pacientemente, pero aún más destacable vivir en ese constante riesgo por el amor que le tiene, así pudo notarse a Fátima Molina, la compañera entrañable de Raúl.