El ex zar anticorrupción de Evo Morales, Fabricio Ormachea, fue sentenciado hoy por la juez Rosenbaum a 3 años de prisión en una cárcel federal de EEUU y otros 3 de libertad condicional con chip electrónico de seguimiento.
La suavidad de la condena, considerando que a sus delitos (extorsión y fraude migratorio) podían corresponderle hasta 25 de presidio, parece un claro indicador de que el ex mayor se acogió a una reducción de la pena vía negociación con la justicia norteamericana, con lo cual se abre la pregunta: ¿Qué cantó Ormachea? ¿Delató a sus mandantes?
También fue relevante su confesión de culpabilidad, la afirmación de que sabía de la inocencia del empresario Humberto Roca y su desmentido a las autoridades del gobierno evista que lo calificaron de “desertor”, subrayando que viajó a Miami en calidad de jefe de la Unidad Anticorrupción.
Habrá que recordar que, en el video filmado por el FBI que fue prueba principal contra Ormachea, éste indicó que Álvaro García Linera estaba al corriente de sus operaciones. ¿La información respecto al tema habrá sido parte de la negociación?
Veto popular a la mina Linera
Y hablando del vicepresidente. No había sido, como alegó en conferencia de prensa, que la empresa minera de sus sobrinos y primo se cerró por falta de pago de patentes. En realidad, fue un veto popular de un cabildo chiquitano contra los proyectos mineros contaminantes lo que canceló la operación.
La diferencia no es menor, toda vez que el “emprendimiento” de los García Linera derrumba varios discursos del segundo mandatario: el socialista-nacionalista, al poner en manos privadas por medio de una maniobra inconstitucional lo que solo el Estado podía concesionar; y el seudo-ecologista, al punto de haber concitado el repudio de todo un pueblo…