Una reciente encuesta difundida por Página Siete indica que las principales preocupaciones de los bolivianos son la corrupción (30,3%), la inseguridad ciudadana (29,7%) y el narcotráfico (14,7%).
El sondeo es revelador sobre lo que la ciudadanía percibe como las mayores falencias del actual gobierno, lo que podríamos llamar el efecto Evo.
La preocupación por el alto nivel de corrupción gubernamental ha subido en un año 8 puntos porcentuales, desde el 22% registrado en junio de 2013. Esto muestra que la población comienza a abrir los ojos ante las numerosas irregularidades que se cometen en el régimen evista.
Sin duda, un papel importante en este agravamiento lo tienen los escándalos que cercan al vicepresidente Álvaro García Linera, quien parece encabezar una red de intereses familiares extendida en varias áreas del Estado, usufructuando para sí el capital administrativo de la nación.
Como bien señala el analista Iván Arias, las dos preocupaciones ciudadanas que encabezan la lista tienen su raíz en la tercera: el narcotráfico, ya que este corrompe estructuras públicas y eleva los índices de criminalidad.
Comenzar a revertir estos problemas, o al menos contenerlos, requiere una reconstrucción de la institucionalidad republicana, con una justicia independiente que deje de enfocarse en la persecución a la disidencia y se concentre en la sanción de las conductas realmente delictivas…