Maquillaje en niñas: ¿Sí o No?

maquillaje-en-ninas-1Vemos en las revistas o la televisión, cómo Suri Cruise se pasea de la mano de su mamá, la hermosísima Katie Holmes, con su boquita pintada y sombra en los ojos. O a Heidi Klum desfilando con su pequeña hija, que luce un labial rojo. ¿Permitido o incorrecto?

La mayoría de las niñas se interesan en el maquillaje cuando ven a su madre pintarse frente al espejo. Fieles a su edad, buscan imitar todo, aunque no sepan realmente qué significa y por qué lo quieren hacer.

Más allá de que sea un juego: ¿Es aceptado el maquillaje en las niñas?



Niñas al natural

Contrario a lo que pudieran haber permitido Katie Holmes o Heidi Klum, Victoria Beckhamapoya una postura completamente distinta. Según la empresaria, como su pequeña hija Harper busca imitarla en todo lo que hace, procura maquillarse sin que la vea, para evitar que la niña caiga en la tentación de hacer lo mismo.

Hablar sobre maquillaje en las niñas es tratar sobre dos perspectivas distintas: la de los adultos y la de los niños. Como adultos, podemos decir que permitir tal cosa es inducir a una criatura de tres o cuatro años a volverse adictas a la búsqueda de la perfección, lo superficial y a preocuparse por cómo se ven.

Pero no olvidemos que hablamos de niños, en cuyo mundo todo es un juego. Desde las muñecas, hasta el maquillaje. ¿Cómo justificamos, si no, que uno de los regalos preferidos es un set de pinturitas de mentiras? Las niñas somos coquetas por naturaleza, no por edad.

¿Hay que permitir a las niñas maquillarse?

En mi opinión, es necesario establecer el límite, tanto en las niñas como en las madres. Que los labiales de juguetes y las sombras de colores fluorescentes queden en la mesa de té junto a las muñecas o en el recorrido imaginario por el centro comercial.

Que el maquillaje en pequeñas no se convierta en un hábito, tal como sucede con las mujeres adultas, para no correr el riesgo de que se vuelva una obsesión a germinar. Que sea tan sólo lo que debe ser a los cuatro años: un juego más, el de ser adulto.

Fuente: www.imujer.com