Elecciones e Institucionalidad Política

Carlos Federico Valverde BravoVALVERDE OKISe dice y, muchos pretenden que pueden asegurarlo, que la contienda electoral de octubre tendrá 5 fórmulas electorales pero, sólo 2 candidatos y 3 participantes; algunos celebran que así sea porque aseguran que debió haber unidad (para mi, junte) de la oposición y, justifican su celebración en el hecho de que se demostraría, no la poca aceptación de al menos 3 de los “participantes” sino la “certeza” de su vaticinio. Se sabe que en el país hay un 35% de voto duro contra Evo Morales (las diversas encuestas dan esa cifra) ; todo apunta a que uno, o máximo 1 y medio, expresen ese rechazo; suma insuficiente para hacer lo que, desde la opinión pública contraria a Morales (ese 35%) se pretende: mostrar una fortaleza opositora que, desde mi punto de vista es muy difícil que se exprese en la campaña y en la elección misma. Desde que se planteó la “unidad a como de lugar”, he sostenido que lo mejor que puede pasar es que haya una resistencia democrática post electoral; sostuve y sostengo que es posible establecer un equilibrio en el Congreso de la República; ello revaloriza la práctica política y le da certidumbre al ciudadano descontento. Sostengo que la única posibilidad de hacer democracia es teniendo instituciones políticas que participen activamente de una elección popular, que reclamen el voto proponiendo alternativas y no en base a su “anti” evismo; es imprescindible que hayan opciones para la gente, no que se concentre la idea del anti en una sola candidatura; es necesario que se construya institucionalidad democrática; que se haga política en las calles; es imprescindible que en este momento político se involucre al elector (elegir, no votar, que es la oferta y propuesta del anti); de esa manera el elegido sentirá que está obligado con el elector y no con el partido que lo eligió. Votar y ser elegido son 2 caras de una misma moneda; en esta acción se genera una relación entre el elegido y el elector; eso le da fortaleza a la democracia y recupera la institucionalidad política; esta se volverá a expresar en partidos. Con varias candidaturas y propuestas claras, ganamos todos; los que elegimos y los políticos; es necesario tener partidos democráticos; sobre todo ahora que se vienen tiempos fascistas, donde el corporativismo Masista usa la democracia formal para acrecentar su Poder.El Deber – Santa Cruz