Evo Morales acaba de nombrar como nuevo embajador de Bolivia en Japón al gerente general de una empresa automotriz a la que frecuentemente se vincula con la familia del vicepresidente, Álvaro García Linera, alias “Qananchiri” por su nombre de guerra en la banda terrorista del EGTK.
Hablamos de Toyosa, compañía importadora de los vehículos de la firma japonesa Totoya, marca cuyos automóviles el gobierno está adquiriendo en grandes cantidades y sin licitación.
En el mismo sentido, el diputado disidente del MAS, Ever Moya, denunció un presunto tráfico de influencias que beneficiaría a la citada importadora en los trámites aduaneros de ingreso de sus vehículos.
Todo el asunto parece indicar que estamos ante una versión del llamado “capitalismo de amigos”, en el cual altas autoridades estatales benefician a grupos económicos afines que les retribuyen las atenciones con participaciones accionarias u otro tipo de retornos.
Esto incluso podría llegar al extremo de poner el Servicio Exterior a disposición de estos entramados, para facilitarles la realización de sus negocios particulares…