Emilio Martínez*
La primera muestra de la pintora María Zanutti, titulada “Capital” y expuesta en el Centro Patiño hasta el 5 de agosto, ensaya una nueva mirada sobre la ciudad, una perspectiva lúdica de lo urbano-cruceño.
Abordar la metrópolis del tercer milenio exigía superar los enfoques costumbristas con que habitualmente se retrató a la ciudad-pueblo del siglo XX, en una etapa aún cercana a lo rural, para lo cual Zanutti echa mano a una estética donde pueden rastrearse influencias del austríaco Hundertwasser.
Es una apuesta donde se combinan lo cromático y el abigarramiento de formas, con ritmos y secuencias que sugieren un procedimiento casi musical.
Figuras angulares que evocan lo arquitectónico, campos roturados que dan cuenta de la menguante presencia de lo natural, formas circulares que hablan de la luz artificial, son parte de un código pictórico con el que no solo se representa lo estructural sino también el movimiento y la velocidad.
La mirada aérea de Zanutti construye así, más allá del simple mapa, una cartografía dinámica de la ciudad, de las sensibilidades que despierta la urbe en el observador.
Quien se sumerja en esta obra no volverá a ver la ciudad de la misma manera. Señal de que estamos ante el arte verdadero.
*Escritor y periodista