El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, informó que para octubre está prevista una reunión bilateral, donde el Gobierno planteará, como primer punto, concretar el control tecnológico de las zonas de frontera.
Imagen de internet
El Gobierno planteará a Perú instalar puestos de control con radares en al menos diez puntos de las zonas fronterizas para detectar el tránsito ilegal de avionetas que transportan droga y, paralelamente, optimizará en territorio boliviano las operaciones del helicóptero artillado Jatun Puma. La iniciativa será planteada a Lima en una reunión prevista para octubre, informó el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres.
La propuesta, que surge un día después de que en Perú se revelara que el 95% de las narcoavionetas parten con rumbo a Bolivia, apunta a que el país vecino radarice al menos seis puntos de su frontera, mientras que Bolivia haría lo mismo en cuatro zonas del norte del país.
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Los datos de los radares, según explicó Cáceres, proporcionarán información precisa sobre los vuelos que se producen en la frontera y su condición legal para actuar en el marco de lo que dispone la ley para el derribo de aviones.
La Ley de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo prevé, entre otros aspectos, el derribo de aeronaves que sean declaradas hostiles, es decir aquellas que muestran evidentes acciones de agresión, amenaza, intento de fuga o se nieguen a aterrizar o a cumplir órdenes o disposiciones del Comando de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo.
La Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (Dirandro) del Perú i nformó que el 95% de la droga que sale de ese país en avionetas tiene como destino Bolivia. En lo que va del año, según un reportaje publicado por el diario peruano El Comercio, fueron incautadas seis aeronaves con matricula boliviana con 1.521 kilos de la ilegal mercadería.
Cáceres explicó que la idea de la radarización es cortar el tráfico ilegal aéreo en el norte de Bolivia y optimizar las operaciones del helicóptero Jatun Puma, una de las últimas adquisiciones que hizo el Gobierno para la lucha contra el narcotráfico.
Dijo que la meta es que a partir de los datos emitidos por los radares “se pueda hacer el uso artillado de Jatun Puma, pero ya en esos casos en apego (a la norma) de derribo de avionetas no identificadas, estaríamos cumpliendo la ley”.
La mayoría de los denominados «narcovuelos» peruanos se hacen desde pistas clandestinas en las regiones del Vraem, que comprende el Cusco, Junín, Apurímac y Ayacucho. De acuerdo a El Comercio, el 26 de julio fue detectada la última aeronave boliviana, que los narcotraficantes abandonaron con 325 kilos de pasta base.