Detrás de cada famoso hay un gran asistente

george_clooney_lleva_dos_decadas_con_el_mismo_asistente_Actúan en las sombras, como muchos súperhéroes pero lejos de llevar capa y mallas sus herramientas están más cerca de la agenda electrónica o el teléfono móvil. La aparente perfección que rodea a los famosos no sería tal de no contar con su ayuda. La figura misteriosa que se encarga de su agenda, de que esté siempre a punto, de que nunca le pillen en un renuncio… hablamos de los asistentes personales.

Variado como el mundo que representan, los famosos requieren un tipo de servicios tan variado que no puede decirse que exista un perfil laboral determinado. Está el de Angel, la misteriosa pelirroja que lleva 20 años al lado de George Clooney, viviendo en una casa adyacente a la mansión del actor. Este la robó a otro actor y es una figura relativamente habitual cuando se escribe un reportaje íntimo sobre el antiguo soltero de oro.

Frente a esta relación cimentada en lo puramente laboral, la actriz Jeniffer Lawrence emplea como asistente a una de sus mejores amigas, Justine Ciarrocchi. De la misma edad, se conocieron hace cuatro años y, tras convertirse en BestFriendForever, Lawrence decidió transmutarla en su confidente y aliada a sueldo. Como Angel, aparece en los reportajes que le dedican a la actriz, solo que, a diferencia de la profesional relación que se adivina en el caso de Clooney, Lawrence y Ciarrocchi parecen hablarse- “te hace buen culo esa falda”- como dos veinteañeras.



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Jennifer Lawrence tiene una asistente de su edad.©Gtres

Pese a estas pequeñas descripciones que aparecen en los perfiles de prensa, el mundo de los asistentes personales es treméndamente hermético. Mientras que las intervenciones en estos textos están medidas, de vez en cuando se abre una ventana real en forma de trabajador rebotado o programa de telerrealidad. En la revista neoyorquina The Cut, parecieron publicadas las confidencias de una antigua asistente de una estrella de Hollywood. Eso sí sin desvelar para quién trabajó. 

En su relato cuenta como tenía que acudir a las cuatro de la mañana a hacerle el desayuno, resumirle las noticias de la jornada, en temporadas de mucho trabajo llevar a sus hijos al plató para que la estrella los viera… todo normal y lógico en este tipo de trabajo. Pero el sueño se volvió una pesadilla cuando tuvo que encargarse de romper con el novio actor de su empleadora y comentarle que podía tener una enfermedad de transmisión sexual, dejar una reunión familiar para tener que llevarle a ver a su pitonisa ya que le afectaban demasiado sus revelaciones como para conducir ella misma o al enterarse de que, en un vuelo, le había metido hierbas medicinales en la maleta;

Otra entrada a este mundo es el reality show que Lindsay Lohan protagonizó a principios de 2014. En él, la actriz comparte planos con Matt Harrell, entonces su asistente personal. En el metraje, Harrell asegura que la actriz “tiene tal cantidad de cosas que no creerías”, desde ropa o joyería, pasando por recuerdos de sus películas hasta llegar a galletitas chinas de la suerte y puede verse la paciencia que un profesional debe tener con una empleadora como Lohan.

Aunque los actores sean las caras más conocidas, la televisión y el cine no vive solo de los ellos, sino que requieren de una gran cantidad de profesionales detrás que necesitan, también, sus propios asistentes. Es el caso de Amanda Diedrich, que durante diez años ha sido la mano derecha de Nina Tassler, presidente de la cadena CBS. Esto significa que que Diedrich ha llevado la agenda responsable de aprobar Como conocí a vuestra madre, Big Bang Theory o CSI. O el dúo Jennifer Skoda y Eliza Freer, asistentes ejecutivos de Paul Lee, presidente de ABC Entertainment. 

Con fama de consultarlo todo con ellos, tienen en sus manos dar luz verde a los pilotos que produce la cadena. Algunos, como Loren Elkins, han hecho de la información privilegiada a la que tienen acceso un negocio. Desde una cierta discreción para con sus clientes, Elinks desglosa en su blog, The Yanta Report, sus experiencias dentro del mundo de Hollywood. Todas las semanas suele publicar una entrevista con algún insider de la meca del cine. Ella misma asegura “que hay poco que no haya visto u oído” en su carrera, una constante en esta profesión.

Prueba de esto puede verse en los libros venganza que algunos asistentes han escrito contra sus antiguos empleadores. Harrison Cheung, antiguo mano derecha del actor Christina Bale, publicó en 2012 Christian Bale: The Inside Story of the Darkest Batman desglosa sus 10 años al lado del intérprete y la rabia que le consume.

Pero el más conocido de estos ejemplos llegó en 2006 con El diablo viste de Prada. En esta novela, la periodista Lauren Weisberger hace un trasunto de su experiencia en una revista de moda, donde todo parece indicar que sea la asistente de Anna Wintour, editora de Vogue. Llevada al cine con éxito de crítica y público, el papel de la malvada empleadora recayó en Meryl Streep. Wintour se tomó el asunto con humor y hasta acudió al estreno de la película en Nueva York. Eso sí, antes redecoró su oficina. Al parecer, era demasiado parecida a la de la película y quería alejarse del tiránico personaje en pantalla. Con el tiempo, llegó a aceptar su similitud, abrazando su mala fama como forma de convertirse en persona conocida en el mundo de la gente corriente. Esa figura misteriosa también puede, además de encargarse de su agenda, convertirles en leyenda.

Fuente: www.vanityfair.es