“Fuertes erogaciones que no estaban previstas”, al decir del ministro de hacienda Luis Arce Catacora, le están generando déficit fiscal al Tesoro General del Estado (TGE), a pesar de la ingente cantidad de recursos recibidos por el país desde el mercado internacional de los hidrocarburos.Entre estas “fuertes erogaciones” se encuentra la Cumbre del G-77 realizada meses atrás, la misma que fue calificada por el presidente Evo Morales como “una campaña del carajo”.De manera que el pitazo inicial en la campaña electoral del oficialismo le está costando al bolsillo de todos los bolivianos (eso es el TGE) un agujero financiero que podría ir agrandándose en el tiempo, como ha sucedido en otras economías del socialismo del siglo XXI.Así pasó en la Venezuela chavista, donde la catarata de petrodólares no fue suficiente para cubrir el despilfarro corrupto de la burocracia “bolivariana”. Y otro tanto aconteció en la Argentina kirchnerista, que dilapidó los ingresos soyeros constituidos en renta estatal por las famosas retenciones.Nótese que en ambos casos el descalabro económico llegó en el tercer periodo de gobierno, luego de un proceso de acumulación de poder y gasto indiscriminado.¿Le espera a Bolivia el mismo [email protected]