Remueven al gobernador y los policías del penal de El Abra

El comandante de la Policía en Cochabamba, Marcelino Mérida, informó hoy que el gobernador del penal y unos 25 policías fueron removidos de sus puestos laborales, serán investigados por supuestas irregularidades y la balacera. El nuevo gobernador del penal de El Abra es Luís Choque.

[vid url= http://cd1.eju.tv/video/1406/PB1409190830.mp4]ATBimageLa Razón Digital / ABI / CochabambaLa puerta de ingreso al penal de El Abra.El comandante de la Policía en Cochabamba, Marcelino Mérida, informó hoy que el gobernador del penal de El Abra, Yuri Duk, y unos 25 policías fueron removidos de sus puestos laborales y que, además, serán investigados por supuestas irregularidades y la balacera que el pasado domingo dejó cuatro reos muertos y otros 11 heridos.»El mayor Yuri Duk ha sido puesto a disposición del Comando General de la Policía. De igual manera se va a realizar paulatinamente el cambio y relevo del personal que realiza seguridad en el recinto penitenciario», dijo Mérida.El jefe policial informó también que el teniente coronel Luis Choque fue posesionado como el nuevo gobernador de esa cárcel de máxima seguridad de Cochabamba.Asimismo, mencionó que se hará un estudio sobre la posibilidad de incrementar el personal de custodia en las cárceles del departamento de Cochabamba, pero recordó que el «talón de Aquiles» de la Policía es el reducido número de efectivos.El responsable de la Dirección de Investigación Policial Interna, Orlando La Fuente, dijo que Duk y los policías de la seguridad del penal de El Abra serán investigados para determinar si están involucrados en actos irregulares.»Seguramente con la investigación vamos a encontrar a siempre a algunos responsables de los hechos que pasaron allá», dijo.La Fuente aclaró que los efectivos no fueron suspendidos, sino que continuarán sus labores en otras dependencias de la Policía.

Balaceras son frecuentes en cárcel de máxima seguridad

DE ACUERDO CON VARIOS TESTIGOSLos Tiempos COCHABAMBA.- La balacera registrada en el penal de El Abra, la noche del domingo 14 de septiembre, no fue la primera que ocurrió en el penal de máxima seguridad.Hoy se conoce, por la versión de testigos, que el delegado de disciplina Ariel Tancara y sus guardaespaldas siempre andaban armados. Una muestra de ello fue lo sucedido el año pasado, también, durante la fiesta de Urkupiña.De acuerdo con uno de los asistentes, el jefe de disciplina exigió que todos los grupos que participaban en la fiesta le dediquen todos los temas, porque él era el dueño del penal.Pero, cuando la actividad estaba por finalizar “El Tancara” se apropió del escenario y comenzó a disparar al aire. Lo mismo hicieron sus dos guardaespaldas que también fallecieron el domingo: Humberto Gonzáles Olmedo y Gustavo Tobar Ramírez.Después de los disparos comenzaron a insultar a algunos internos hasta que un policía se acercó y les dijo que se calmarán, porque sino se acababa ahí la fiesta. El hecho que ocurrió ante la mirada de internos y testigos no figura en los registros y menos motivó alguna investigación.Pero, el manejo de las armas iba más allá. Otros han denunciado que “El Tancara” les apuntaba a los internos en la cabeza para intimidarlos. Los más ultrajados fueron los extranjeros, que tenían prohibido hablar con otros internos y andar en grupo.Pero, el jefe de disciplina, nombrado al margen de una norma que avale su designación, además practicaba su puntería en una especie de polígono en el mismo penal. A veces, lo seguía un subteniente que también disparaba.Privilegios El “régimen de extorsión y terror” que impuso “El Tancara” se intensificó estos dos últimos años. El jefe de disciplina gozaba de innumerables privilegios, como tener una celda de lujo con televisiones plasma, celulares sofisticados, frigobar y refrigerador.Todo con consentimiento de la gobernación. También, administraba un kiosco, que luego de su muerte fue saqueado.Además, de los abusos “El Tancara” exigía a los presos de “la mancha” (población penal) que sus esposas accedan a tener relaciones sexuales con él. Relataron que veía a las mujeres que venían de visita y si alguna le parecía atractiva preguntaba al interno: ¿Es tu esposa? Si, la respuesta era afirmativa el jefe de la presión decía: “Dile que venga mañana, quiero estar con ella”. La resistencia era  duramente castigada.De hecho, algunos internos dicen ahora que Sergio Arce alias “El Lucifer” fue quien mató al Tancara en venganza porque el reo le quitó a su esposa. Por ello, luego lo mataron.El delegado también impuso las visitas controladas. Los presos nuevos no podían hablar con sus familiares si no estaba presente otro interno. Esto impidió que muchos reclusos vejados denuncien los abusos que sufrían oportunamente. Sólo se  limitaban a llorar sin dar mayores explicaciones.