Somnofilia: placer entre sueños

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Aunque para muchas personas ver a alguien dormir es algo casi tedioso, para otros, en cambio, es un momento digno de una escena erótica. La somnofilia, una práctica sexual entre sueños.

Si alguna vez ha sentido el deseo de besar, acariciar, e incluso tener relaciones sexuales con su pareja mientras ésta dormía, entonces puede que la somnofilia le interese y quiera saber un poco más sobre cómo tener sexo con una persona dormida.



La excitación de practicar la somnofilia sin duda viene dada por el control total que se ejerce sobre la otra persona, el poder acariciar y besar a su antojo cualquier parte de su cuerpo, el hacer algo prohibido o sin que la otra persona sea consciente.

Algunos expertos clasifican la somnofilia como una parafilia o desviación sexual; no obstante, , practicado con consentimiento es uno de los juegos o fantasías eróticas más excitantes para muchas personas. Obviamente la idea es hablarlo antes con su pareja, ver si le seduce la idea de despertarse mientras le está acariciando, masturbando, dando sexo oral o incluso penetrando. Si no lo han hablado mejor que no lo intente, y si ni si quiera conoce a esa persona o nunca ha tenido relaciones con ella, es mejor que ni lo intente porque podría terminar en prisión por abuso sexual.

El que mucha gente fantasee con tener relaciones sexuales con una persona dormida no es nada nuevo ni nada raro, de hecho la somnofilia es el tema central de la novela ′La Casa de las Bellas Durmientes′, del escritor japonés Yasunari Kawabata, que a su vez inspiró la novela de Gabriel García Márquez ′Memoria de mis putas tristes′, y ambos autores han sido premio nobel de literatura.

El mundo del cine también se ha hecho eco de esta fantasía sexual por ejemplo en las películas de Almodovar ′Hable con ella′ o ′La mala educación′, en la que en ambos casos se trata el tema de mantener relaciones sexuales pero sin consentimiento, en el primer caso es un enfermero el que abusa de una muchacha en coma dejándola embarazada, y en el segundo un chico que realiza una felación seguida de una penetración anal a otro hombre.

Para innovar

Para innovar y sorprender no siempre es necesario realizar cosas nunca antes realizadas, sino que en más de una ocasión resulta muy útil volver la vista atrás y retomar las viejas y sencillas prácticas que nunca dejarán de ser efectivas. Esta práctica presenta dos caras: la activa y la pasiva. La primera se refiere a las personas que gustan de acercarse a sus parejas dormidas para despertarlas con caricias sensuales que incluso pueden llegar a incluir el sexo oral. La segunda hace referencia a las personas que gustan de ser despertadas por este tipo de acercamientos eróticos.

El cuidado que se debe tener aquí es el de no resultar molesto. Por eso es necesario tener en cuenta las señales que envía la pareja, pues un acercamiento de este estilo podría resultar desafortunado si interrumpe un glorioso y reparador sueño. Por ello se recomienda entonces intentarlo al tiempo que despunta el día y buscando propiciar un placentero despertar.

Los hombres particularmente deben ser muy diestros en las caricias que prodigan, lo ideal es que concentren su trabajo en las caderas, nalgas, y senos, combinándolo con besos en el cuello y lóbulos de las orejas. Una vez noten que es bien recibido el acercamiento pueden entonces aventurarse con caricias más atrevidas, de lo contrario es mejor no seguir avanzando.

La idea sería plantear el tema a su pareja, ver si le excita la idea de que mientras uno de los dos esté durmiendo el otro se acerque y comience a acariciar su cuerpo, por encima y por debajo de la ropa, incluso quitarle la ropa delicadamente sin que se despierte, para en un momento dado frotarse o acariciar sus partes íntimas.

Si es un hombre el que está despierto, el tema de la penetración puede ser un poco más complicado ya que haría falta que la persona dormida esté excitada y lubricada, y ya no digamos la penetración oral o anal, con lo cual es más sencillo si se centra en la estimulación de sus zonas erógenas externas como los lóbulos de las orejas, el cuello, los labios, los pezones y todo el área genital.

En cambio, si es una mujer la que está despierta, ésta puede excitarse y hacer que el hombre alcance la erección sin despertarlo, y por tanto sería capaz de hacerle sexo oral e incluso penetrarse a ella misma antes de que él llegue a despertarse. Ella puede incluso aprovechar a que el hombre alcance una erección nocturna de manera espontanea para dar comienzo a sus juegos eróticos.

Una parafilia

Si bien esta tendencia sexual puede resultar excitante para algunas parejas, también puede ser una parafilia si se hace sin consentimiento de la otra persona. Algunos suelen practicarla con personas en estado de coma o en el peor de los casos, con cadáveres, lo que vendría convirtiéndose en necrofilia.

Una variante más extrema de la somnofilia consiste en mantener relaciones sexuales con personas dormidas o que no están en pleno uso de sus facultades debido a la ingestión de alcohol, somníferos, combinaciones peligrosas de alcohol y ansiolíticos, o incluso empleando éter o cloroformo. Esta opción extrema de somnofilia es peligrosa, ya que el emplear de manera inadecuada los compuestos químicos puede tener consecuencias fatales.

Fuente: http://diariodelhuila.com/