¿Brasil en una encrucijada?

Gonzalo Chávez A.int-41094Hoy domingo Brasil elige su Presidente gracias a un sistema de votación electrónico. Al final de la tarde sabremos si Dilma o Aecio ganaron las elecciones. Así de simple, efectivo y transparente. Por estas tierras de Dios el sistema electoral dio un espectáculo de incompetencia, sembró el escenario político de sospechas de fraude y puso en duda la legitimidad del triunfo del presidente Morales.Como pocas veces en la historia reciente, las brasileñas(os) están duramente enfrentados, la sociedad parece quebrada, el lenguaje de la campaña es de guerra. Existe una inflación de adjetivos y los ataques, de uno y otro lado, usan artillería muy pensada.Por ejemplo, el siempre conciliador Lula llamó de nazi al candidato Aécio Neves. Es una encarnizada lucha por el poder. Paradójicamente, los contendientes discuten una agenda de políticas públicas donde existen muchos temas de continuidad e, incluso, no hay grandes oposiciones, pero el debate es duro.Incluso un tema de las relaciones internacionales que nos toca entró en la confrontación cuando la presidenta Dilma afirmó que el candidato opositor «hablaba fuerte con Bolivia y suave con Estados Unidos”. Pero veamos un poco de historia para entender las elecciones de hoy y los principales puntos en debate.Con la llegada a la Presidencia del sociólogo Fernando Henrique Cardoso (FHC), en 1995, se inició una etapa de grandes transformaciones económicas, sociales, políticas y diplomáticas, que fueron mejoradas o reinventadas, primero por el presidente Lula y después continuadas por Dilma.El punto central es que se construyó una institucionalidad que permitió políticas de Estado de largo plazo, por supuesto con diferencias en énfasis, pero que no cambiaron la huella grande de las transformaciones.La continuidad de visiones y políticas públicas es una de las explicaciones del éxito brasileño de la última década, un ejemplo de ellos es la política social. Pero también existen grandes diferencias y discontinuidades.Entre los temas centrales de la campaña están:1) Los desajustes macroeconómicos de los últimos años. Después de varios años de estabilidad y crecimiento, Brasil vuelve a registrar elevadas tasas de inflación y una fuerte desaceleración de la economía. Para Aécio, el fin del súper ciclo de los precios de las materias primas y el descontrol de las políticas populistas serían las razones principales para la crisis. La Presidenta sostiene que todo está bien y que el desajuste será pasajero.2) Reformas estructurales para la construcción de una economía mixta competitiva. El gobierno de Cardoso realizó una reforma estatal con foco en la calidad de la gestión pública, abrió la economía a la inversión extranjera directa y privatizó varias empresas, entre las más importantes, la compañía del Vale do Rio Doce. Lula y Dilma reforzaron la presencia del Estado, mejoraron los mecanismos de control y regulación del Gobierno de las empresas transnacionales y ampliaron las iniciativas a las empresas públicas sin desplazar al sector privado. Pero surgieron serios problemas de corrupción en las empresas públicas, como Petrobras. Aécio insiste en una economía mixta y busca eliminar la corrupción. Dilma busca una mayor estatización de la economía y sostiene que ya persigue a los asaltantes del erario público.3) Inicio de políticas sociales agresivas y exitosas. FHC creó el programa del Bolsa Escola y otros proyectos destinados a la base de la pirámide social que beneficiaron a cuatro millones de familias. Los gobiernos del Partido de los Trabajadores construyeron sobre lo avanzado, mejoraron y ampliaron las transferencias de dinero para las poblaciones más pobres, así se crearon la Bolsa Familia y otras acciones parecidas. Ahora, cerca de 50 millones de personas se benefician de estos programas. Resultado: la pobreza y la desigualdad disminuyeron en Brasil. Ambos candidatos se comprometen a seguir con las políticas sociales aunque se disputan la paternidad de ellas.4) En Brasil mejoró la distribución del ingreso desde 1995, pero empeoró la calidad de los servicios, como la educación, la salud y el transporte. Esto último movilizó a millones de jóvenes en Brasil que critican la mala calidad de vida y la violencia urbana. Ambos candidatos apuestan a más inversiones en estos sectores aunque se acusan de no haber hecho nada en el pasado.5) Cambios tecnológicos y revolución en el sector agrobusiness, que convirtió a Brasil en el proveedor más importante de alimentos en el mundo. Los liderazgos en producción de soya y alcohol, a partir de la caña de azúcar, son los proyectos más conocidos. Tanto los gobiernos del Partido Social Demócrata (PSD) de Cardoso y Neves como el PT, a través de la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), impulsaron una revolución tecnológica en la agricultura. Ahora los candidatos debaten sobre cómo proteger estos sectores de la caída de los precios de los alimentos.6) Brasil buscó la autosuficiencia energética. Tanto Dilma como Aécio se comprometen con seguir apoyando los biocombustibles y a reforzar las acciones de Petrobras en la búsqueda de petróleo y gas natural. Neves busca una mayor participación privada en el sector, en cuanto Dilma insiste en una mayor presencia estatal.Éstos son algunos de los temas que inspirarán a los electores brasileños este domingo que, al contrario de aquí, a las ocho de la noche tendrán un resultado electoral claro y sabrán qué futuro les espera.Página Siete – La Paz