El gobierno de Evo Morales parece haberse salido con la suya al “filtrar” la presencia de veedores internacionales para las elecciones de este domingo, dejando fuera a aquellas misiones que podían emitir informes incómodos y admitiendo solamente a las más genuflexas, como las de la chavista Unasur y la “insulsa” OEA.Casi nos sentimos tentados a comparar a estos observadores con aquellos famosos monos chinos que “no ven, no oyen y no hablan”, ya que no parecen ver las numerosas irregularidades de la actual campaña asimétrica, no escuchan las denuncias de la oposición y no se pronuncian para plantear las dudas sobre el proceso electoral.Pero lo cierto es que los observadores sí hablan, solo que para convalidar aberraciones como el hecho de que exista un ejército de muertos habilitados para votar, señalando la “normalidad” del fenómeno.Decíamos que en cambio se impidió la presencia de otras misiones de monitoreo que podían registrar prácticas dudosas, como la de la Unión Europea que estuvo presente en los comicios 2009 y advirtió que en el 3% de los recintos se impuso el coactivo “voto comunitario” (ese que domina a punta de chicotazos), y que en un 15% de las mesas a nivel nacional (leyó bien) solo hubieron delegados oficialistas…[email protected]