En medio de su borrachera de poder, el Movimiento Al Socialismo acaba de cometer dos errores importantes que podrían costarle varios puntos de votación en el departamento de Santa Cruz.El primero fue anunciar que haría su cierre de campaña en El Cristo, como parte de su estrategia de copamiento simbólico de Santa Cruz. No calibraron que, al elegir el lugar emblemático donde el civismo realizó cabildos multitudinarios y no partidistas, estaban provocando una oleada de reacciones de indignación entre la población cruceña.Resultado: el partido de gobierno acabó pidiéndole a la alcaldía de la capital oriental que le “sacara las castañas del fuego”, lo que efectivamente hizo desactivando la realización del acto en El Cristo mediante la conveniente aplicación de una ordenanza.El segundo autogol fue el fichaje de la diputada de oposición Jéssica Echeverría con pompa y champagne, celebración del transfugio que también cayó mal entre la ciudadanía, que ve al partido oficial como una maquinaria desprovista de ética e ideología, dedicada puramente a la compra prebendal.La reacción de los cruceños en ambos casos es un buen termómetro, no estadístico sino cualitativo, de las tendencias imperantes que pueden reflejarse en el voto del 12 de octubre: la subsistencia de un trasfondo de dignidad que, como ya sucediera en las elecciones departamentales del Beni, podría vencer al derroche de recursos públicos utilizados por la campaña oficialista…[email protected]