Santa Cruz. Una brigada azul propone aliarse con la sociedad civil

El poder territorial. Tanto el oficialismo como la oposición reconocen la fortaleza de Desirée Bravo en las zonas donde ejerce influencia política. UD asegura que tendrá una bancada fuerte. El oficialismo quiere profundizar los nexos con empresarios, universidades y profesionales

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Fue un avance lento, pero seguro. La representación del MAS en Santa Cruz creció de ocho asambleístas y un senador en 2006 a 15 asambleístas y dos senadores para la legislatura 2015-2020, mientras que la oposición bajó de 17 asambleístas y dos senadores en el periodo 2006-2009, a 11 diputados y dos senadores para el que comienza.

Será la primera vez que la bancada azul sea mayoría en este departamento.

Y este hecho tiene dos lecturas según el cristal con que se mire: el senador electo masista Carlos Romero asegura que ahora se tiene la oportunidad de impulsar los grandes proyectos cruceños a través de leyes; mientras que el senador electo de Unidad Demócrata, Óscar Ortiz, cree que la representación cruceña no tendrá impacto, porque en el Gobierno de Evo Morales “todo es decidido por cinco personas”.

El MAS pintó de azul las circunscripciones de provincias, salvo la C-54 (provincias Velasco, Chiquitos, Ángel Sandóval y Germán Busch) que se mantiene fiel a Unidad Demócrata, pero el avance mayor fue la conquista de tres circunscripciones de la capital, donde antes ganaba la oposición. Al respecto, Romero considera que ese es mérito de haber seducido a la clase media y alta con obras, con gestión y desmitificando ideas de que el MAS no quería a esta región.

Las otras circunscripciones urbanas quedaron en manos de candidatos de Unidad Demócrata.

El uninominal con más votos es Martiriano Mamani, del MAS, que obtuvo el 64% en la zona comprendida entre las provincias, Guarayos, Ñuflo de Chávez y Velasco, seguido por Adriana Arias del mismo partido en la C-49 del Plan 3.000, con el 61%. En el frente, el más votado de UD ha sido Luis Felipe Dorado en la C-45 con 54% de votos, seguido por Andrés Gallardo de la C-47, con un 52%.

TERRITORIOS

Tanto en el MAS como en UD reconocieron la presencia fuerte de Desirée Bravo en las circunscripciones urbanas de la Pampa de la Isla y la Villa Primero de Mayo. Tomás Monasterio asegura que el hecho de trabajar todos los días con los vecinos, independientemente de que haya o no elecciones, determina que se hubieran convertido en un frente político imbatible hasta el momento.

Carlos Romero del MAS también admite que se trata de liderazgos muy fuertes y ve esas zonas como un desafío. Monasterio anunció que ya tomaron la decisión de respaldar a Rubén Costas en los comicios departamentales y a Percy Fernández como alcalde.

LOS PERDEDORES

El MAS apostó a rostros de clase media y alta para ganar en circunscripciones urbanas históricamente opositoras. Carlos Subirana y Romy Paz no lograron el objetivo. Al respecto, Carlos Romero agradeció que hubieran participado. Subirana aceptó el resultado y se declaró un “soldado de la revolución democrática y cultural”, a tiempo de agradecerle a Evo Morales.

El abogado Otto Ritter postuló por el PDC en la C-44, pero no alcanzó la meta. No obstante, aseguró que se siente ganador porque la gente votó cruzado a su favor. Seguirá en política como falangista y dice con convicción que la alianza con Jorge Quiroga permitirá que presenten candidatos en los comicios de marzo.

EL MAS QUIERE ALIANZAS

Cuando se pregunta cómo será la nueva bancada, Carlos Romero plantea que será consecuente con los intereses y la agenda de la región. Propone alianzas con las instituciones de la sociedad civil: empresarios, colegios de profesionales, movimientos sociales y también con el Comité pro Santa Cruz, “si es que deja a un lado la confrontación”, afirmó.

Por su lado, Óscar Ortiz proyecta una bancada opositora fuerte, porque asegura que los elegidos son personas comprometidas y, en muchos casos, con experiencia parlamentaria.

Oficialismo y oposición, ambos tienen una responsabilidad importante por delante, más aún por las metas económicas que el Gobierno le ha planteado a la región en la Agenda 2025.

EL DEBER, Bolivia