En los 9 años de gobierno del cocalero Evo Morales han proliferado en Bolivia las zonas controladas por el narcotráfico, esto es, regiones donde la presencia policial es débil o prácticamente inexistente y donde los clanes de la droga producen y/o transitan con amplia libertad.El bastión presidencial del Chapare es el ejemplo más claro de esto: allí se produce coca que en un 95% (dato de Naciones Unidas) va a parar a los fabricantes de cocaína.Otro tanto pasa en Yapacaní, convertido por los cocaleros afines al partido de gobierno en un segundo Chapare.Ahora, el Lago Titicaca parece estar convirtiéndose en un área de libre tránsito de cocaína, como reconoció el propio viceministro de defensa social, Felipe Cáceres.Mientras el régimen evista despilfarra ingentes montos de dinero en gastos suntuarios, como aviones de lujo y un nuevo palacio de gobierno, la Armada boliviana no cuenta con los equipos necesarios para realizar labores de interdicción en el lago.Es otra “zona de vulnerabilidad” que se suma también al mismo espacio aéreo boliviano, transitado por narco-avionetas como admitiera el ex ministro de gobierno Carlos Romero, en una confesión de la inoperancia gubernamental para efectivizar la soberanía aérea…[email protected]