Isabel Pantoja: así vivió sus últimos momentos de libertad

Sus últimas horas de angustia encerrada en Cantora. La vida en prisión de Isabel Pantoja. «No se le dará ningún trato especial», señalan en Instituciones Penitenciarias.

Isabel Pantoja: sus últimas horas de angustia encerrada en Cantora

imageEL MUNDO, España

Dos funcionarias han acompañado a la tonadillera hasta la puerta del centro carcelario. GTRES



Pantoja sabe que permanecerá privada de libertad al menos siete meses. Su mayor preocupación ahora son sus hijos y su madre. Por expreso deseo de Pantoja, su hermano ha sido el único que la ha acompañado.

    No se la había vuelto a ver desde que derrochara todo su arte en su último concierto en Almería, el pasado 18 de octubre. Allí, más Pantoja que nunca se despidió de sus fans y consciente de la presencia de los medios de comunicación lanzó uno de sus mensajes premonitorios: «Que venga lo que venga, lo recibiré con las botas puestas». Desde entonces, han pasado 34 días y Pantoja ha permanecido recluida en su finca de Cantora junto a su familia.

    Ni una foto, ni una declaración, nadie ha podido acceder a una Isabel que ha vivido como un auténtico calvario una cuenta atrás hacía prisión que finalizaba esta mañana cuando a las 7:55 la tonadillera ingresaba en la cárcel de Alcalá de Guadaíra.

    34 días en los que tan sólo su familia y sus amigos más íntimos han tenido acceso a una mujer que ha demostrado una gran entereza y serenidad en sus últimas horas de libertad.

    Sus hijos, su gran preocupación

    Este jueves, sus hijos Kiko y Chabelita corrían hasta Cantora para acompañar a su madre en «uno de los momentos más duros de su vida». La escena fue desoladora pero Isabel intentó en todo momento mantener la compostura ante sus «pequeños del alma».

    Ellos junto a su madre, Doña Ana, se han convertido en su máxima preocupación. Teme su reacción cuando ella no esté y teme que no tomen las decisiones adecuadas, por ello anoche no dudó en descolgar el teléfono y enviar un mensaje claro a varias personas para «que cuiden de sus hijos».

    Isabel ha permanecido toda la noche en vela contando las horas hasta que a las seis de la mañana tomó la decisión de salir de su casa y hacer frente a su nueva vida. Pantoja sabe que permanecerá privada de libertad al menos siete meses por lo que ha dejado todo bien atado antes de ingresar en la cárcel sevillana.

    imageEl hermano de Isabel, Agustín Pantoja, ha acompañado a la cantante hasta las puertas de la cárcel. Una vez que la tonadillera ha ingresado, Agustín se ha marchado llorando y visiblemente afectado.Foto GTRES

    Su hermano Agustín será el encargado de llevar las riendas financieras de la familia. En sus manos y con los poderes otorgados, Isabel ha dejado todo su patrimonio. Y en las manos de sus abogados las demandas y recursos pendientes que mantiene con la Justicia. Por deseo expreso de la cantante Agustín ha sido la única persona que la ha acompañado hasta las puertas de la cárcel. Allí ambos hermanos se fundieron en un intenso abrazo que dejó «totalmente destrozado» a un Agustín que, entre lágrimas, volvía a Cantora.

    La vida en prisión de Isabel Pantoja

    «No se le dará ningún trato especial», señalan en Instituciones Penitenciarias

    EL PAÍS, España

    El ingreso en prisión de Isabel Pantoja ha seguido los mismos protocolos que con cualquier interno. «No se le dará ningún trato especial», señala un portavoz de Instituciones Penitenciarias que remite al manual de organización de la vida en prisión que hay colgado en su página web. «Su celda tendrá cama, mesa, baño, como todas…», añade con cierto hartazgo. Podrá hacer diez llamadas como máximo a la semana de cinco minutos cada una de ellas y solicitar sus primeros permisos ordinarios a partir de mayo, una vez que haya cumplido un cuarto de su condena.

    La cantante ha ingresado en el único centro andaluz reservado exclusivamente a mujeres

    Pantoja ha ingresado esta mañana en el centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra, a 22 kilómetros de Sevilla, la única cárcel andaluza reservada exclusivamente a mujeres. Según el protocolo, se ha dirigido a la planta baja del centro, donde se encuentra el módulo de ingreso o aislamiento. En esta parte del centro penitenciario hay cuatro celdas cuyo uso no se prolonga más de unas horas, mientras se llevan a cabo los trámites administrativos y el registro de pertenencias.

    imagePuertas del centro penitenciario de mujeres de Alcalá de Guadaira (Sevilla). / José Manuel Vidal (EFE)

    En el manual La prisión paso a paso, realizado por Instituciones Penitenciarias, se explica que, tras el ingreso, se asigna la celda en la que el preso se alojará a partir de ahora y se le facilitan productos de limpieza, higiene y aseo, así como ropa de uso personal y cama.

    El equipo de tratamiento de la cárcel debe valorar la celda en la que vivirá Pantoja. En el entorno de la cantante aseguran que padece episodios depresivos, por lo que es muy probable que encomienden a una presa de confianza que la acompañe y esté cerca de ella durante sus primeros días entre rejas. 

    Las reducidas dimensiones de la cárcel de Alcalá de Guadaíra impiden que este centro pueda albergar a un número excesivamente alto de internas, aunque según un informe del Defensor del Pueblo Andaluz, realizado por José Chamizo en 2006, hubo épocas en las que el centro ha acogido a casi dos centenares de ellas.

    El centro penitenciario tiene 83 habitaciones/celdas, según el sindicato Acaip, que calcula su ocupación media real en 149 internas. Hay tres módulos de dormitorios, situados en la planta alta, y reciben los nombres en función del número de camas que tiene cada dormitorio. Así, en el Módulo 1, las celdas son individuales; el Módulo 3 tiene tres camas al mismo nivel en cada habitación, y en el Módulo V tienen dos literas y una cama individual, es decir, cinco plazas. Las habitaciones son amplias y ventiladas, pero solo tienen calefacción.

    El mobiliario, las camas y los armarios están hechos en mampostería. Las duchas, comunes, están fuera de las habitaciones y al fondo de cada módulo.

    «El módulo 1 se reserva para las mujeres de mayor edad que solicitan estar solas», explica el informe del Defensor del Pueblo Andaluz. El informe detalla que no se suele dejar aquí a mujeres de nuevo ingreso que tengan algún tipo de «alteración» o «problema de convivencia» y que, para colocar a las presas en habitaciones compartidas, se tienen en cuenta sus perfiles psicológicos o afinidades. La mayoría de las internas de este centro cumple condena -son penadas de segundo grado-, casi no hay presas preventivas, ni jóvenes, y el número de extranjeras no es excesivo.

    Ya en su día a día, Pantoja tendrá que acotar su agenda a diez números telefónicos, con los que, con el visto bueno de la Dirección del Centro, podrá hablar hasta diez veces a la semana con una duración máxima de cinco minutos en cada llamada. También podrá enviar las cartas que desee, no se establece ningún límite, y enviar o recibir dos paquetes de productos autorizados, con carácter general.»No podrá recibir paquetes por correo o agencia», precisa el manual.

    En la lista de deberes que tendrá se encuentra la participación en las actividades formativas, educativas y laborales para la preparación de la vida en libertad; el respeto a sus propios compañeros, a los funcionarios y a las personas del centro; mantener una adecuada higiene personal o tener bien limpio y conservado el entorno.

    Las sanciones a las que se enfrentan los internos que cometen alguna falta van desde la amonestación, a la prohibición de paseos o actos recreativos, de hasta un mes como máximo; la limitación de las comunicaciones orales o el asilamiento en su celda.