Cosas que deberíamos aprender de las mascotas para ser más felices

Cosas-que-deberiamos-aprender-de-las-mascotas-para-ser-mas-felices-1Tener un animal de compañía o una mascota puede influir en el estado de salud y en la moral y, a veces, los animales se convierten en mediadores. Asociados a un proyecto educativo, social o terapéutico, los animales contribuyen a combatir ciertos desarreglos físicos y psicológicos.

Los propietarios de animales domésticos tienen olfato

Según un reciente estudio realizado por psicólogos americanos, las personas con mascotas tendrían mejor salud y serían más felices que las personas que no. El animal de compañía garantiza a su propietario una buena estima de sí mismo y cierta actividad física.



Además de ser un catalizador de relaciones sociales, el animal doméstico puede aportar un apoyo moral en los momentos difíciles, como un duelo, y permite a los afectados salir de su aislamiento. Varios estudios dan razón de otros beneficios relacionados con la presencia de una mascota, como efectos positivos sobre el sistema cardiovascular, reducción del estrés, de la presión arterial, y del sistema cardíaco, y la mejora del estado de humor.

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Del animal de compañía al animal terapia

El australiano Bruce Headley, de la universidad de Melbourne, ha realizado un estudio comparativo sobre 10.000 personas en Alemania, en Australia y en China. Resulta que en Alemania y en Australia, los propietarios de animales acuden un 15% menos al médico que la media, una cifra que sube hasta el 20% en China. Según el investigador, esto supone un ahorro de 5,59 mil millones de euros para la Seguridad Social alemana, y 2,24 mil millones de euros para Australia.

La idea de asociar el animal a terapias surgió con ocasión de la Segunda Guerra mundial, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los heridos. Hoy en día, se distinguen dos tipos de uso del animal: la animación asistida por mediación animal, normalmente destinada a personas mayores, para ocuparlos o divertirlos pero sin objetivos específicamente terapéuticos; y la zooterapia, un programa de cuidados establecidos por un terapeuta con la ayuda o la presencia de un animal.

El psiquiatra americano Boris M. Levinson, considerado como el padre de la zooterapia, fue el primero en establecer el uso de animales de compañía en el tratamiento de desarreglos psiquiátricos, en los años cincuenta.

Hoy en día, la zooterapia se practica en hospitales, geriátricos, instituciones para personas con incapacidad o en centros de detención y de delincuentes. Su objetivo es mantener o mejorar la salud de las personas que sufren diversos desarreglos, tanto físicos como cognitivos, psicológicos o sociales.

Fuente: www.imujer.com