El gas nuestro de cada día y Putin

Ismael Schabib Montero*SCHABIBDurante el gobierno militar que presidió el Gral. Hugo Banzer Suárez, en una visita que hizo a Bolivia, Cochabamba, el presidente Ernesto Geisel, en 1975, se abrió la posibilidad de que se le venda gas al Brasil; las opiniones en contra, especialmente de la llamada izquierda nacional, pese a la naturaleza del gobierno, hicieron sentir su oposición con el argumento de que este energético se industrialice en el país y no se venda. Como ya lo hemos expresado antes, los que se oponían a la venta de gas al mercado internacional ahora lo hacen y han fracasado rotundamente en industrializar “El Mutún”. Pero esta nota no es para insistir en lo mismo.¿Por qué Putin luce como un líder con mayor iniciativa que Obama en el caso de Ucrania? Porque tiene en sus manos una poderosa palanca que se llama gas, Rusia le vende a varios países de Europa empezando por Ucrania. Les ha generado  una gran dependencia. A lo largo de la historia en el siglo XX, este país ha tratado de proteger sus fronteras con un escudo conformado por sus vecinos. La ex URSS en 1985 colapsó porque  el socialismo  no generaba la suficiente riqueza para sostener las carreras armamentista y espacial  compitiendo con los EEUU. Una vez que reaparece reorganizada como la “Federación Rusa”, con una economía de corte liberal, recobra poder y retorna a su política internacional tradicional del escudo protector, Ucrania es parte de él.La causa para crear la situación actual, es porque Ucrania prefiere tener una mayor y mejor relación con la Comunidad Europea, Rusia responde creándole una disidencia armada interna muy activa. Difícilmente podrán poner de rodillas a Putin ni con la ayuda de los EEUU mientras  les provea gas, no sólo porque gran parte de la industria europea funciona con él  sino que su sistema de calefacción también, y en Europa el invierno es muy crudo.En el gobierno del Lic. Carlos Diego Mesa Gisbert se llevó a cabo un referéndum en el que se optó por no venderle “ni una molécula de gas a Chile”, sin embargo Chile nos vende lo que puede. Se había dicho que el gas era un “arma de Bolivia” para conseguir el mar; el gas no es un arma pero pudo haberse constituido en un factor de poder estratégico para crearle una gran dependencia a Chile, haciendo una analogía, para que los bolivianos estemos en la situación ventajosa de los rusos, para que parte del bienestar de la población chilena dependa de Bolivia.El gobierno nacional ha presentado un reclamo ante la Haya para que Chile negocie con Bolivia una solución a su encierro geográfico, un objetivo poco ambicioso, porque Chile puede aparecer como un país respetuoso de la comunidad internacional accediendo a ese pedido pero sin garantizar nada, negociando indefinidamente.Podemos estar seguros que venderle gas a ese país, pudo haber creado una relación de hecho  diferente a la que tenemos con  el pueblo chileno, donde el puerto para cargar el energético en los buques  gaseros pudo haberse convertido en una punta de lanza para recobrar nuestra cualidad marítima y a través de esos buques con bandera boliviana gravitar en el Océano Pacífico como uno de los mejores argumentos para reclamar un puerto propio.Esa hubiera sido una autentica diplomacia de los pueblos, lo que tenemos ahora como política internacional es demagogia a nombre de los pueblos.*Vicealmirante de la República de Bolivia