Los poderes, el Congreso y el Estado ‘Plurinominal’

Carlos Cordero CarraffaCORDEROLos tres conceptos del título, que hacen referencia a otras tantas instituciones de la política, han cambiado tanto sus características en los últimos tiempos que cuando analistas, autoridades y ciudadanos se refieren a dichas instituciones, utilizan palabras y criterios que aprendieron hace décadas en textos o universidades, conceptos que actualmente cayeron en desuso, desorientando y confundiendo aún más a la opinión pública.La gente sigue hablando de poderes del Estado y le cuesta asimilar y sustituir la idea de órganos en lugar de poderes. Enumera y explica los rasgos de los poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial, cuando estos conceptos desaparecieron de la normativa legal a partir de la promulgación de la Constitución en 2009. El conocimiento que de ellos se tenía persiste, pero la política ha acuñado nuevos significados. Hoy existen los órganos del Estado en sustitución de los poderes del Estado, incluso se ha agregado una nueva entidad, el Órgano Electoral, a la vieja trilogía de poderes.El Congreso o Parlamento, que tantas glorias y sinsabores ha dejado en la historia y a la sociedad, también ha desaparecido del lenguaje oficial. Cuando aludimos al trabajo de los legisladores en la Cámara de Senadores o Diputados, se nos escapa cualquiera de estas palabras: Congreso, Parlamento, parlamentarios, etc. En rigor del nuevo lenguaje oficial, en la actualidad existe la Asamblea Legislativa Plurinacional, que ha ocupado el lugar del Congreso o Parlamento. Estas últimas palabras quedan como resabios de un tiempo que es mejor olvidar, en equivocada opinión de los actuales gobernantes.El Estado, en los tiempos actuales y circunstancias, también ha cambiado de apelativos y significados. Antes nos referíamos al Estado como colonial, nacional, oligárquico, liberal o neoliberal. También a partir de la aprobación del nuevo texto constitucional se ha creado como concepto el Estado Plurinacional.El Estado ‘Plurinominal’ es una estupidez atribuible al descuido de los magistrados del Órgano Electoral, que en los últimos días han emitido un documento insólito y vergonzoso, denominado Circular, por el que se violan derechos ciudadanos y democráticos a elegir y ser elegidos. Documento alrededor del cual se ha hecho mucha alharaca y desgarramiento oficial de vestiduras, pero que no será eliminado, pues estas decisiones, cuidadosamente concebidas y adoptadas, son propias del asfixiante tiempo de populismo autoritario en que vivimos. Ominosa sombra que se cierne sobre nuestro país.El Deber – Santa Cruz