Que el insulto es el arte más practicado por los mandatarios de la ALBA, no cabe duda. Nuevo ejemplo de esta intolerante práctica de la injuria es el denuesto inventado por el presidente venezolano Nicolás Maduro contra la directora del FMI, Christine Lagarde, al decir que la funcionaria “tiene un espagueti en el cerebro”.La frase viene a cuento de que Lagarde cuestionó las múltiples trabas al libre comercio entre los países de América Latina, señalando que la región parece un “spaghetti bowl” o “una lasaña” con muchas capas o barreras.De acuerdo al estilo populista, en vez de echar mano a la argumentación Maduro prefirió la descalificación, con un burdo juego de palabras.Si se va a la cuestión de fondo se verá que, mientras los socialistas del siglo XXI se llenan la boca hablando de integración, al mismo tiempo hacen proliferar trabas al libre intercambio, con su apuesta insensata por el comercio dirigido.La excepción es la Alianza del Pacífico, tan denostada por los discípulos de Hugo Chávez. Precisamente el bloque emergente que representa la mejor alternativa de futuro para el desarrollo latinoamericano.Parece más bien que es Maduro quien tiene “un pajarito en el cerebro”…[email protected]