Afectados rescatan enseres y piden ayuda


Penurias en La Paz. Los Quispe, Mamani y Medrano se alojan en la iglesia La Lumbrera.

Tres familias damnificadas piden ropa y desean regresar a Ventilla

La Razón / La Paz, Bolivia

imagePrimera tendencia preelectoral para las gobernaciones. Infografía: La Razón



Irene Medrano superó hace 30 años la muerte de su esposo, luego enfrentó la pérdida de dos hijos y ahora, con un rosario en la mano en la iglesia bautista La Lumbrera, donde fue evacuada junto a otras dos familias, reza para que su infortunio termine.

Ella es miembro de uno de los tres  grupos familiares, de un total de nueve, alojados temporalmente en el templo tras el derrumbe de sus viviendas en la zona de Ventilla, al sur de La Paz, el martes.

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Nacida en Villamontes, Tarija, Irene cuenta que fue raptada a sus siete años y sus captores la llevaron a Sucre, desde donde escapó para convertirse en trabajadora del hogar y cocinera, hasta afincarse en La Paz.

“Trabajé de día y de noche para comprarme la casita en Ventilla y nos pasa esto. No sé realmente cuándo acabarán mis penas”, afirma desde el interior de un aula, sentada en una improvisada cama donde ahora vive junto a una de sus hijas y dos nietos. 

El martes nueve familias quedaron en la calle por el escarpe (división) del talud del cerro, a la altura de la prolongación de la calle 23 de Ventilla, a dos cuadras de la avenida Mecapaca.

“Aquí tenemos frazadas, pero apenas pudimos sacar algo de ropa, hasta los zapatos nos faltan…”, dice. Está rodeada de seis bolsas con prendas, tres pares de calzados y un televisor Master G, que adquirió en 2011, lo único que pudo rescatar cuando les dijeron que tenían que evacuar su hogar, asentado en una zona roja.

“Yo quiero que pongan unos gaviones a mi casa, para después volver”, indica la mujer, aunque la Alcaldía descartó que el área afectada vuelva a ser habitada.

imageAfectada. Irene Medrano, en la cocina de la iglesia La Lumbrera, donde ayer preparaba un saice y una sopa de fideo. Foto: La Razón.

En La Lumbrera, cada una de las tres familias evacuadas ocupa un aula. Gabriela Quispe, una abogada de 29 años, recuerda que  nos les dieron tiempo para nada. “Vivíamos ocho personas en la casa, ahora estamos tres en la iglesia, pero nos faltan muchas cosas, no nos dieron tiempo ni para sacar la ropa”, sostuvo la joven, quien habitó en la zona del desastre los últimos 25 años.

Victoria Mamani, que por ahora está alojada con un familiar en  Ovejuyo, también espera que el terreno se asiente para regresar. “Vivíamos siete personas”, refirió a unos metros de la calle donde colapsaron seis viviendas.

Por su lado, Juan Huanca, de 78 años, recuerda que en 1975 pagó 14.000 pesos para adquirir una casa. El inmueble no se desplomó, pero es monitoreado por la Dirección de Riesgos. “Ahora estoy en la casa de mi hijo en la zona de Pedregal. Esto no hubiera pasado si no fuera por las filtraciones de los jardines que están arriba”, teoriza el hombre.

Juan Carlos Mercado, personero de la Unidad del Brazo Social del Gobierno Municipal de La Paz, informa que las familias Medrano, Quispe y Mamani fueron alojadas en la iglesia La Lumbrera, a unas ocho cuadras de Ventilla.

“Aquí podrían estar más familias, pero seis fueron a alojarse donde sus familiares. Aquí les dimos frazadas, además de alimentación, aunque pueden traer algunos alimentos no perecederos (secos) y ropa, que es mejor que les entreguen a ellos en persona”, recomienda el funcionario.

La iglesia está ubicada en la avenida Mecapaca, número 6735, y su teléfono es el 2786947.

Policía arresta a un sujeto por tentativa de hurto

Un hombre, de aproximadamente 30 años, fue arrestado por la Policía ayer cerca de las 10.30, cuando intentaba hurtar pertenencias de los damnificados de la zona de Ventilla, al sur de la ciudad de La Paz.

“Han denunciado que habría querido llevarse algunos objetos, eso lo veremos después”, comentó un oficial de la Policía, mientras conducía al sujeto, de pelo corto, polera azul y pantalones cortos, hasta las oficinas de la fuerza anticrimen de la zona Sur.

Mientras los afectados esperaban recuperar algunos de sus bienes, luego del escarpe del talud que ocasionó que se desplomen seis casas el martes, el presunto antisocial habría intentado aprovechar para acarrear algunas cosas.

Solo una de las nueve familias damnificadas logró sacar sus muebles y enseres. Por ello, ayer la fuerza pública reforzó el anillo de seguridad a dos cuadras de la prolongación de la calle 23 de este vecindario.

Personal de la Policía, Bomberos, de  Riesgos de la comuna e incluso de la Guardia Municipal, vigilaban ayer el ingreso de personas hasta la zona del desastre natural.

Tres familias fueron evacuadas a la iglesia bautista La  Lumbrera, en tanto, que otras seis se decidieron alojarse con sus familiares.