Anzuelo para ingenuos

Susana Selemeimage566En el Gobierno andan repitiendo sospechosamente que tanto Evo Morales como García Linera se van a retirar el 2020. Pero dicen que se abren a una reforma constitucional si el pueblo lo pide. ¿Qué opina?Anzuelo para tontos e ingenuos. Así aparece el comodín de los movimientos sociales que exigirán la re-re-reelección por cuarta vez. Es decir, las masas populares de acoso social, que eso son, en su mayoría cocaleros, informales y desempleados que responden ciegamente al poder político que los compra con bonos y otras prebendas. Ejemplo de manipulación de la información-comunicación, es la del propio Morales quien lanzó la falacia de que se retiraba en 2020, al concluir este su tercer mandato inconstitucional, por lo tanto ilegal, pues se lo impedía la propia Constitución. Por eso la van a reformar, como en Nicaragua y Ecuador para declarar la reelección indefinida. En tono sarcástico ¿será que así nos van a ahorrar la fanfarria de ridícula opereta y despilfarro de dinero con nuevas entronizaciones de Evo Inca.El copamiento de las comisiones en el Congreso facilita la posibilidad de la reforma para la reelección indefinida ¿Qué espera del comportamiento de la nueva Asamblea Legislativa?Posibilita todo. Por eso nada que esperar que no hayamos visto en los 9 años anteriores. A saber, cero respeto a la pluralidad política ahí representada, irrespeto traducido en ausencia de diálogo, intercambio, hasta confrontación-discusión de ideas y políticas públicas, como debe ser en una democracia plural, además de construcción de acuerdos políticos por el bien común, entre otros temas. Es lo que no hubo desde que Evo Morales, García Linera y compañía se hicieron del poder centralista, autoritario y autocrático que ejercen sin concesiones. Por eso era importante haber obtenido, si no una mayoría parlamentaria, al menos mayor número de asambleístas que impidiese al MAS arrasar como lo ha hecho. Se le suma la disputa entre la ya disminuida oposición política, fragmentada y hasta funcional al oficialismo, que se aprovecha de esas desavenencias.¿Qué análisis realiza de los últimos cambios en el gabinete?Sin novedad alguna. La nueva ministra de Comunicación ya tuvo su primer traspié al proponer la regulación de las redes sociales. Se ha retractado con el sonsonete de que no lo dijo, pero sí lo dijo. No fue de su propia cosecha: es una idea que sale del núcleo más duro del poder: Morales, el vice, Quintana, Rada y alguno más. No me cabe la menor duda que insistirán en esa regulación y para darle visto popular, serán los siempre dóciles movimientos sociales quienes la exijan, así podrán introducirla en la reforma constitucional. Sí han dado una vuelta de tuerca más al carácter «revolucionario», marxista y ortodoxo del Estado Pluri-de-todo, con el nombramiento del nuevo ministro de Gobierno, entre los más afines a la revolución cubana. El ex ministro de dicha cartera, Jorge Pérez, «bajó de silla a toco» y ahora es «vice».¿Qué opina de la salida gubernamental al caso del peruano Martín Belaúnde?Cuando la ley es pareja, nadie debería sentirse molesto. Pero con Martín Belaúnde hay una desproporción e incongruencia, propias de un régimen autoritario como el de Morales. ¿Por qué no se obró de la misma manera con otro ciudadano peruano asilado en Bolivia, periodista él y asesor en comunicación del régimen, acusado en su país de actividades guerrilleras y otras concomitantes, solicitado también por el gobierno de Perú de su época, hace años? Si Bolivia «no es refugio para corruptos», como afirma Morales muy suelto de cuerpo sin darle a Belaúnde el derecho de presunción de inocencia, ¿por qué sí  le otorgó tal derecho al periodista de marras? Sobre todo porque siendo refugiado político, hace política de altísima responsabilidad comunicacional tanto en época electoral como en el manejo de la información en tiempo normal. Demasiada hipocresía de ida y vuelta.El Día – Santa Cruz