Comunidades bolivianas en frontera con Chile siguen abandonadas

No cambio mucho desde la llamada Guerra del Pacífico de 1879.

Comunidades en frontera con Chile siguen abandonadas

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EL DIARIO, La Paz



LOS POBLADORES QUE VIVEN EN LA FRONTERA CON CHILE NO HAN CAMBIADO CASI NADA SU FORMA DE VIDA Y SIGUEN ABANDONADOS. Foto El Diario.

Las precarias condiciones en las que viven los pobladores de las comunidades que se encuentran en la frontera con el vecino país de Chile demuestran el poco cambio que habrían sufrido desde la invasión de las tropas del Mapocho en 1879 y que en la actualidad siguen abandonadas por las autoridades nacionales y departamentales.

Así lo refleja en su artículo el escritor Milton Lérida, quien afirma que el abandono, descuido, despreocupación, desatención y negligencia de las autoridades departamentales y nacionales fueron las principales causas para la pérdida del territorio del Litoral boliviano en 1879.

“En ese tiempo (1879) no había comunicación entre las poblaciones, ubicadas en la costa y el desierto del litoral boliviano, y la sede de Gobierno, siendo así, que cuando invadieron los chilenos territorio boliviano el 14 de febrero de 1879, la invasión fue conocida dos días, otros historiadores señalan cuatro días después, mientras que los chilenos contaban con medios de comunicación moderno en esa época”, sostiene.

Luego refiere que en la actualidad, las poblaciones potosinas, ubicadas en la frontera con Chile, se encuentran en igual o en peores condiciones que en 1879, en cuanto a la comunicación, pese a que hoy se tiene el satélite Túpac Katari, que poco o en nada coadyuva referente a la comunicación entre la sede de Gobierno (La Paz) y las comunidades del sudoeste Potosino.

Citó algunos ejemplos: Las comunidades de Bellavista, situado a 4,5 kilómetros de la frontera con Chile, Playa Verde situado en plena línea fronteriza, Murmuntania a sólo tres kilómetros, Huanaque se halla a 20 kilómetros de la frontera con Chile, Abra de Napa a solo tres kilómetros, Sejcihua a 60 kilómetros, Empexa a ocho kilómetros, Sinalaco a 25 kilómetros, todas situadas en la provincia Daniel Campos.

También las poblaciones de Cana y Dieguillos a 25 kilómetros de la línea fronteriza, Pajancha a sólo un kilçometro, Chiguana a 40 kilómetros, Pelcoya a 25 kilómetros, y Río Ladislao Cabrera a 30 kilómetros (en línea directa), todas ubicadas en la provincia Nor Lípez, no cuentan con un medio de comunicación directa con la sede de gobierno.

“Todas estas y otras comunidades, ubicadas en la frontera con Chile, no cuentan con un medio de comunicación como ser: teléfono, celular, radio comunicación”, afirma.

En cuanto a los puestos militares de avanzada, Lérida indica que ahí se encuentran Bellavista dependiente del Batallón Braun de Oruro; El Desierto, Chela y Chiguana dependientes del Batallón Antofagasta XXII de Infantería asentado en Colcha K; Alota, Silala, Quetena Chico y Laguna Verde dependientes del Batallón Loa de Uyuni que son los únicos que cuentan con un medio de comunicación pero a decir verdad son muy precarios y funcionan en determinadas horas del día y sólo para el servicio y comunicación militar.

“Esta descripción gráfica, del sistema de comunicación entre las comunidades situadas en la frontera con la república de Chile y la sede de Gobierno, nos muestran el abandono y descuido del gobierno central y de la Gobernación de Potosí respecto a las comunidades, que es no sólo en el ámbito de la comunicación sino también en cuanto se refiere al desarrollo económico de las comunidades, las cuales se encuentran entre una pobreza y un estado de miseria total, todo por el descuido y negligencia de los gobernantes, quienes poco o nada han hecho por el desarrollo económico, social y cultural de esos pueblos fronterizos, pese a que se han constituido en verdaderos centinelas y guardianes de la heredad nacional y por tanto son los patriotas bolivianos, quienes por años han resguardado la frontera a cambio de nada”, afirma el escritor.

En caso de que el Gobierno central y departamental de Potosí no haga nada por el desarrollo de los pueblos fronterizos, se corre el riesgo de que las familias bolivianas sean absorbidas por la potencia económica de Chile, quienes ofrecen todo, de forma disimulada, a cambio de que abandonen sus comunidades, es la advertencia que hace.

“Por esto es necesario, que el Gobierno central tenga una política para sentar soberanía en la región y al mismo tiempo crear una frontera viva, dando todas las posibilidades de desarrollo para que los pobladores vivan con dignidad, en otro caso, corremos el riesgo de 1879, de perder la región de los Lípez y/o el Gran Salar de Tunupa (Uyuni)”, acotó.