La investigación de la fiscalía que comprobó la adjudicación de contratos sospechosos a la empresa Bravo -implicada en el caso de corrupción de YPFB- durante la cumbre del G77, deja entrever probables manejos irregulares en los fondos de dicho evento, definido por el presidente Evo Morales como “la mejor campaña electoral del MAS en Santa Cruz”.De confirmarse estos indicios, la cumbre no solo habría sido inútil para el país (no dejó nada relevante en materia de acuerdos comerciales o de cooperación) y un gasto superfluo que contribuyó a engrosar el déficit fiscal, sino que también estaríamos ante una posible fuente de financiamiento de la pasada campaña nacional.Ante las irregularidades, la hegemonía institucional del Movimiento Al Socialismo impide una auditoría creíble de los procesos administrativos, sobre todo con una Contraloría General en manos del partido de gobierno.Como mínimo, sería necesario cumplir la Constitución en lo referido al nombramiento del titular de la Contraloría por 2/3 del Congreso, con ternas que fuesen fruto de una selección meritocrática…[email protected]