Álvaro Riveros Tejada
Este Estado Plurinominal y Multilingüe está mal descolonizado, hay que darlo al descolonizador, para que lo descolonice mejor. Parece un antiguo trabalenguas que hoy más que nunca cobra actualidad, en especial, si lo aplicamos a la oficina de Derechos Reales, una de sus instituciones más importantes. Si fuimos capaces de derrotar al Imperio Romano, como señala S.E., con mayor razón podremos derrotar esta figura que proviene precisamente del Derecho romano (ius in re) o sea, la relación jurídica existente entre una persona y una cosa.Sin embargo, lo triste de esta historia es que a tiempo de repartir el botín de la victoria contra los romanos, hemos añadido mañas y defectos que no venían en la versión original, como la corrupción y la anarquía que hoy reinan en nuestras actuales reparticiones, desde Cobija hasta Tarija.Es comprensible que, para trasladar las partidas de propiedad inscritas a mano en libros arcaicos y de tiempos inmemoriales, el proceso de digitalización que se ha llevado a cabo haya sido arduo y tedioso empero, ello no absuelve a que dicha labor se haya constituido en la génesis de todos los vicios que existen allí. Una coma; un doble nombre, muy usual en viejas partidas de bautismo; una calle que cambió su denominación por el capricho de una bartolina y; aún una simple letra mal tipiada por la desidia de una secretaria, dan paso a interminables juicios que desembocan generalmente en la extorsión y/o la pérdida del bien inmueble o cosa que se quiere inscribir o regularizar.Algo similar ocurría con las cédulas de identificación personal o con las licencias de conducir, cuyo trámite estaba cedido con exclusividad a la policía, a través de sus organismos correspondientes y, por el natural incremento de la población demandante, éstos se convirtieron en una verdadera tortura, ya sea por la carencia de personal capacitado, de los medios e instalaciones adecuados etc. lo cual devino en la exacción y el latrocinio. Una simple transferencia de estas responsabilidades a un organismo especializado, como el SEGIP, ha allanado extraordinariamente ese calvario y hoy, el ciudadano puede estar seguro de que se le respeta dos de los valores más preciados que hacen con el desarrollo de una nación: “El tiempo y el dinero”.La denuncia sobre una red de corrupción que estaría operando desde el seno de las oficinas de DD.RR. de Santa Cruz, y la del historiador Isaac Sandoval, a quien le iban afanando su casa mediante un trámite de transferencia pendiente, o sea vendida sin su conocimiento, derivó en la captura de estos bribones, de los cuales cuatro son funcionarios de esa oficina, que se dedicaban a inscribir terrenos con documentación falsificada.Un gobierno que acometa esta terrible deficiencia pasará a la posteridad con la gloria de haber garantizado la seguridad jurídica y material de sus ciudadanos. Un teleférico, un satélite, unas barcazas chinas, un Fondo de Desarrollo que ha tocado fondo etc. son útiles pero, no dejan de ser bienes fungibles empero, asegurar la propiedad inmueble se perenniza en la memoria y para ello hay que limpiar y modernizar las actuales oficinas de Derechos irreales.