Una vez alguien me dijo que convertirse en madre es algo similar a encontrar un lugar nuevo y que, si bien siempre había estado allí, recién lo ves. Creo que eso define bastante bien lo que una siente y cómo la vida cambia cuando se es madre, ¿no te parece? Eso estaba allí dentro tuyo, pero aún no lo podías ver. La forma en que pensarás, actuarás y te comportarás de ahora en más será distinta, porque el cerebro de una mujer cambia cuando es madre. Veamos cuánto y cómo.
Cambios del cerebro desde el embarazo
Seguro lo has notado con tus hermanas o tus amigas que tuvieron hijos antes: las mujeres cambiamos completamente desde el momento que sabemos que estamos embarazadas. ¿O me dirás que no? Yo he oído a mujeres que tenían un perfil de serias, poco sensibles, adictas a su trabajo, que solo hablaban de las responsabilidades y amistades, cambiar totalmente su forma y comenzar a hablar del embarazo y el futuro bebé todo el día. Sí, todo el día sin parar. ¿Qué crees que tiene que ver con eso? Un cambio cerebral.
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Científicos expertos en el área cognitiva establecen que, luego de siglos de investigación con madres, las mujeres comienzan a comportarse según lo que sucede en su cerebro; por ejemplo, en la materia gris de una embarazada se detecta más actividad en áreas relacionadas con la afinidad, la ansiedad, la protección, el amor avasallante y la preocupación. Si pensamos un poco, éstas son todas características esenciales que una madre debe tener y esto es una prueba fiel de lo sabia que es la naturaleza que hasta nuestro cerebro se prepara para la maternidad, ¿no? ¡Increíble!
Cerebro maternal
Entonces, podríamos decir que las mujeres tenemos un cerebro antes de ser madres y un cerebro maternal, por así decirlo, ¿no? Este cerebro presenta un crecimiento en las regiones que tienen que ver con el orden de las emociones, la empatía y lo que los expertos llaman motivación maternal, que tiene que ver con estar todo el tiempo pensando en el bebé: ¿Tendrá hambre? ¿Tendrá frío? ¿Le dolerá la barriga? ¿Habré puesto bien su pañal? Es esta área del cerebro la que ellos dicen que se relaciona con comportamientos obsesivos, compulsivos y de preocupación, y que son éstos los que hacen que la etapa posterior al parto sea tan irritante, agotadora y depresiva. ¡Ahora entiendo todo!
Incluso hay madres que se obsesionan y tienen ansiedad en varios aspectos, por ejemplo, hay quienes se lavan las manos todo el tiempo para que su bebé no vaya a estar cerca de bacterias o quienes chequean a cada instante que el bebé esté respirando. Todo esto es parte de una orden que el cerebro envía que sigue ese instinto, que siguen también muchos animales, de cuidar a su cría, su bebé, su sangre, su legado. Entonces, ¿será que existe un instinto maternal o es parte de un cambio cerebral?
Fuente: www.imujer.com