Un reciente estudio del Barómetro de las Américas indica que la justicia de Bolivia es una de las menos confiables de todo el continente.El sistema judicial boliviano es el quinto con menor confianza ciudadana, de acuerdo al informe elaborado por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (Lapop), mientras que el más confiable es el canadiense.Esto no es casual ni meramente atribuible a la “herencia colonialista y neoliberal”, ya que la crisis en la administración de justicia ha tocado fondo tras la aplicación de ciertas políticas del régimen populista de Evo Morales, como la sistemática injerencia del Poder Ejecutivo en el Judicial para la persecución de opositores y empresarios poco dóciles, o las demagógicas elecciones de magistrados afines al partido de gobierno.Tanto en el caso boliviano como en el de varios de los países con sistemas judiciales poco confiables (Ecuador, Venezuela y Argentina), el fenómeno está ligado a una degradación de la calidad democrática bajo regímenes del socialismo del siglo XXI, caracterizados por sus prácticas hegemonistas y de desmontaje de las instituciones republicanas.Ahora, el Movimiento Al Socialismo anuncia una nueva “revolución de la justicia”, para lo cual se abriría la Constitución y se impulsaría un referéndum. No es difícil vaticinar que este falso remedio podría más bien agravar la enfermedad, dado que se sigue insistiendo en las mismas fórmulas.Mientras no se revise el andamiaje neo-autoritario implementado en los últimos años, difícilmente pueda prosperar una reforma positiva de la justicia…[email protected]