MAS de Evo Morales: Aseguran que los éxitos locales de Carlos Romero le pasaron la factura en lo nacional. Él y su entorno se acogen al silencio. Su ausencia ya provoca demoras en la relación Evo Morales-empresariado.
EL DEBER, Santa Cruz, Bolivia
Carlos Romero pasó de ser pieza clave para el avance hacia el oriente a casi desaparecer en la cúpula del poder gubernamental. Archivo
Carlos Romero comenzó a perder poder el 12 de octubre de 2014, luego de la victoria en Santa Cruz. El MAS local había preparado un festejo en el cambódromo donde supuestamente iba a aterrizar Evo Morales, pero el recién reelecto faltó a la fiesta en su honor. Ganar Santa Cruz no había sido suficiente. En las cuentas del presidente cabían tres senadores y un porcentaje mayor al 55%. Así que un 49% no fue victoria, por más que nunca haya ganado en Santa Cruz, por más que su adversario haya quedado 10 puntos atrás. Ahora, relegado a una banca en el Senado, Romero no responde llamadas y su escudero, Saúl Ávalos, dice que es mejor no hablar de eso y prefiere centrarse en las campañas del ‘Flaco’ Borda y de Reymi Ferreira.
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Los que hablan fuera de micrófonos, aseguran que Romero terminó de caer cuando sus candidatos a la Gobernación y a la Alcaldía fueron derrotados en las internas masistas. Romero quería un empresario o una orgánica, Gabriel Dabdoub o Nemesia Achacollo, para la Gobernación y secundaba la decisión presidencial de llevar a Enrique Salazar a la comuna local. Pero ¿solo fue una cuestión de números? Los que estuvieron dentro de esta disputa oficialistas aseguran que no, que hay algo más. Durante la campaña para octubre, Romero fue acumulando poder e incluso lo solicitaban de otras regiones del país, pese a que era candidato local. Incluso se comenzó a rumorear que bien podría ser una alternativa para la Vicepresidencia en 2019, ya que adentro del MAS sí dan por descontada la continuidad de Evo Morales otro periodo.
Allí, aseguran dos consultados, entró en competencia con Álvaro García Linera, pese a que son amigos, y en ese tira y afloja quedó relegado, ya no solo de las decisiones de partido en Santa Cruz, donde su puesto fue rápidamente ocupado por Gabriela Montaño, sino también de su casi seguro cargo como presidente del Senado, como tercer hombre en importancia del Gobierno.
Reciclaje
Tras la pérdida de poder, Romero volvió a sus viejos defectos, como llegar tarde a las sesiones preparatorias de la Asamblea en Sucre. Es más, durante los actos del 21 y 22 de enero asistió solo a los espacios donde su calidad de senador se lo exigía. No se lo vio en la posesión de nuevos ministros. Ya ni siquiera le quedaba la lealtad de los que habían trabajado muy cerca de él.
Sin embargo, no es la primera vez que Romero se ve en esta situación.
El exministro de Gobierno ya ganó una elección y fue relegado. Sucedió en 2006. Después de sonar como presidente de la Constituyente no entró ni en la directiva. Luego de pasar por la congeladora fue el presidente quien lo fue a buscar para que se haga cargo del capítulo de tierras de la CPE. Después, cuando el texto se enfangó, su poder creció y terminó negociándolo con la oposición y redactándolo casi solo. Ahora, su ausencia ya se ha notado. Sin él como nexo, Morales tuvo que aplazar una semana la cumbre Sembrando Bolivia.