San José liquida a River en la recta final

Oruro. Al equipo boliviano le costó, pero fue superior a River Plate, y eso se consolidó en la recta final del partido copero con un tanto de Orué y un golazo de Valverde.

El ‘santo’ no perdona a River sobre el final

DIEZ, EL DEBER

imageÁngel Orué con la mano derecha levantada celebra el tanto anotado a Barovero en el estadio Jesús Bermúdez. El partido terminó 2-0 a favor de los bolivianos. REUTERS



Ángel Orué (80′) y Gabriel Valverde (87′) marcaron para el equipo boliviano cuando el partido moría. El cotejo fue válido por la primera fecha del grupo 6 de la Libertadores.

San José sufrió hasta el final para vencer a River Plate por 2-0 la noche del jueves en el estadio Jesús Bermúdez de la ciudad de Oruro. El equipo boliviano arrancó con pie derecho la fase de grupos de la Copa Libertadores de América al ganarle a uno de los grandes del continente, dirigido por Marcelo Gallardo.

Los goles llegaron cuando el partido moría. Ángel Orué (80’) y Gabriel Valverde (87′) anotaron los tantos para el plantel, que dirige Teodoro Cárdenas.

En el primer tiempo se esperaba un arrollador San José; sin embargo, nada de eso se vio pese a tener en frente a un equipo cauteloso en los primeros minutos. El fantasma de la altura solo asustó a la visita hasta la primera media hora de juego, ya que de ahí en más se dio cuenta de que el local lo respetaba demasiado o no le quería hacer daño.

En el equipo santo, el paraguayo Orué y el argentino Bustamente fueron los que tuvieron las opciones más claras en la primera etapa. A los cuatro minutos, el paraguayo remató pésimo frente a Barovero tras centro desde la izquierda enviado por Loaiza. Ocho minutos más tarde fue el turno de Bustamente, que de cabeza prácticamente se la entregó al guardameta millonario.

El capitán Ovando y el incansable Loaiza se las ingeniaron para tratar de frenar al escurridizo Martínez y a Mayada en el medio sector. Hasta que llegó el minuto 31 cuando Martínez armó una buena jugada por izquierda y sacó un derechazo que pasó cerca. En el camino había dejado al grandote Vera. Para cerrar la primera mitad una vez más Bustamante marró solo ante el portero visitante. El argentino le cruzó el balón pero su disparo salió desviado.

Los goles sobre el final

En el complemento, Cárdenas ordenó el ingreso de Abdón Reyes en lugar de Juárez, de Leandro Ferreira por Loaiza y de Gabriel Valverde por Zabala. Al cruceño Loaiza no le gustó el movimiento ordenado por el entrenador. Una muestra de ello es que fuera del campo de juego tiró una botella al suelo en señal de molestia.

Los minutos transcurrían, San José no era punzante porque River ya le había tomado el pulso y cumplía a cabalidad con el libreto hasta que llegaron dos descuidos del portero visitante. El primero a los 80 minutos. Maidana permitió, que Reyes saque un centro a la boca del área, donde Orué de cabeza la empuja con el arco desguarnecido.

Antes, Lampe despejó un fortísimo remate de Martínez. Fue lo más peligroso de la visita en el complemento, ya que apostó al contragolpe con el poco oxígeno que le quedaba en los últimos 20 minutos.

La estantería se les vino al suelo a tres minutos del final, cuando Valverde ejecutó un perfecto tiro libre, que dejó parado al portero millonario. Fiesta en el Bermúdez y resignación para los argentinos, que llegaron con el temor de la altura y se fueron con dos goles en su debut copero en Oruro.

Alineaciones iniciales

San José

Carlos Emilio Lampe

Ariel Juárez

Delio Ojeda

Luis Aníbal Torrico

Arnaldo Andrés Verá

Ricardo Verduguez

Mario Ovando

Wilder Zabala

Miguel Loaiza

Ángel Reynaldo Orué

Mauro Sergio Bustamante

DT. Teodoro Cárdenas

River Plate

Marcelo Barovero

Gabriel Mercado

Germán Pezzella

Jhonatan Maidana

Éder Álvarez

Carlos Sánchez

Leonardo Ponzio

Camilo Mayada

Leonardo Pisculichi

Gonzalo Martínez

Rodrigo Mora

DT. Marcelo Gallardo

San José lo tiene bien merecido

Al equipo boliviano le costó, pero fue superior a River Plate, y eso se consolidó en la recta final del partido copero con un tanto de Orué y un golazo de Valverde.

La Razón / Ramiro Siles / La Paz

imageGol. Ángel Orué, de San José, convierte el primer tanto del partido tras un centro de Abdón Reyes. Foto: Ángel Illanes

San José logró anoche en su cancha del Jesús Bermúdez, de Oruro, una resonante victoria por el grupo 6 de la Copa Libertadores de América, porque no le ganó a un equipo menor, sino al poderoso River Plate argentino. Y lo hizo jugando bien, superando a su rival en el juego con esfuerzo, porque no fue fácil, y en varios pasajes con buen fútbol, e hizo entre ambas cosas lo suficiente como para merecer el 2-0 final.

Así como se pintaron las cosas en la cancha, con el dominio territorial del equipo santo con base en la personalidad de sus jugadores, los espacios que de mitad de cancha para adelante fue creando, abriendo la defensa adversaria —porfiada en estar ordenada en la marca respetando un solo libreto—, incluso desperdiciando algunas opciones claras para convertir, no había dudas de que el gol iba a llegar. Y uno de sus grandes méritos fue persistir, por una parte, y tener paciencia, por la otra, y valió la pena porque el premio fue el esperado.

River, es verdad, jugó a menos revoluciones. Le tuvo demasiado miedo a la altitud y cuando la cabeza manda porque al jugador no se lo prepara para afrontar condiciones naturales adversas, el resultado es éste.

En determinado momento, dada la jerarquía que tienen sus jugadores, controló el juego, alejó por buen rato a San José de su arco, pero no lo suficiente y terminó pagando su propia decisión de ser muy conservador y de optar por no ir al frente con convencimiento, solo de vez en cuando por probar a ver si le salía algo, creyendo más bien que el empate que sostenía ya era un buen resultado.

En la primera parte casi todo fue de San José. Entre las opciones más claras —que no fueron muchas, hay que admitirlo—, Orué desperdició una a los 4 minutos rematando de zurda desviado, con el arco a disposición. Pero en general, el cuadro santo siempre estuvo más cerca del gol.

En el complemento, hubo un lapso en el que River logró tener la pelota y adormecer a San José, incluso le llegó de contragolpe con cierto peligro (por ejemplo Lampe salvó ante un fuerte disparo de Mora).

Pero en la recta final, los cambios que hizo Cárdenas le dieron otro aire al cuadro orureño, y de los pies de Abdón Reyes partió una jugada magnífica por la izquierda, cuyo centro fue cabeceado por Orué para el 1-0 a los 80’.

Ni qué decir del golazo de Gabriel Valverde, de tiro libre a los 87’. La pelota pareció ir hacia un lado y se metió por el otro, el arquero Barovero quedó en el camino, impotente.

San José ganó con buenas armas. Y no a cualquiera, sino a River. Y tuvo, ni qué decir, un buen inicio copero.

Los datos

Gran aporte

Ricardo Verduguez fue la otra figura de San José. Le dio mucha salida  al equipo por su banda, la gente de River casi no lo podía controlar.

Enojado

Miguel Loaiza hizo lo que pudo, pero no le salieron las cosas. Cuando fue reemplazado por Ferreira se fue muy enojado. El cambio, sin embargo, dio resultado.

De River

Eder Álvarez Balanta fue lo mejor de River. Ante la presión de San José, siempre estuvo muy firme en la defensa.

La mano del DT en las variantes  fue la clave

Los cambios a veces no resultan, pero ayer los que hizo Teodoro Cárdenas, técnico de San José, surtieron gran efecto, tanto que cambiaron el curso del partido y el equipo boliviano consiguió una importante victoria.

El ingreso de Abdón Reyes  —en vez de Ariel Juárez— le dio un movimiento a la ofensiva izquierda, que se le hizo difícil controlar a la zaga de River. El jugador santo “quebró” a dos rivales antes de mandar un magnífico centro a los 80’, la pelota fue manoteada por Barovero, y apareció Ángel Orué para cabecear y abrir la cuenta. Medio gol, o más, fue del que hizo tan buena jugada.

Y ni qué decir el golazo que marcó Gabriel Valverde. Cuando entró —por Wílder Zabala— parecía que era para reforzar la marca en el medio. Terminó mandándose un balazo desde unos 30 metros que se coló en el arco de River firmando el 2-0 final.

El santo porfió siempre

Al frente

Desde que Loaiza, de tiro libre, asustó a Barovero a los 3’, San José buscó permanentemente el arco contrario. En la primera mitad hay que contabilizar unas cinco llegadas con buenas posibilidades, la más clara no la pudo meter Orué. En la segunda, aparte de los dos goles hubo por lo menos tres ingresos al área visitante, pero faltó la puntada final.

¿Y River?

En el primer tiempo, los remates de Martínez inquietaron de alguna manera a Lampe. En el segundo, Lampe tuvo una notable atajada (estaba cero a cero) ante un fuerte disparo de Mora.

Errores propios

Según el diario deportivo Olé de Argentina, “River llevaba bien el partido en la altura, pero se durmió cinco minutos y perdió más por errores propios que por efectos de los 3.800 metros”.   Y tituló: “Pecado de altura”.

La valoración de dos buenos cambios

Entraron en el complemento y cambiaron un partido cantado para el cero a cero. Abdón Reyes (que salvo error u omisión no se lo termina de comprender como suplente) asistió, luego de encarar, para el cabezazo de Ángel Orué y José Gabriel Valverde que, a balón detenido, dejó parado a Marcelo Barovero —protagonista de una noche deficitaria— a la hora de consolidar la victoria.

Sí, lo mejor de San José radicó en eso. En la importancia del resultado frente a un rival copetudo, encumbrado, que no por nada lograba, a falta de diez minutos, el desenlace que fue a buscar a Oruro.

Y es que tampoco puede ignorarse que a través de largos pasajes el local no le encontró la vuelta al cotejo, salvo cuando Ricardo Verduguez mostró el camino, pero, en contrapartida, la dupla Bustamante-Orué transitó generalmente disociada, librada a que cada cual produjera en el terreno del individualismo.

También corresponde poner de manifiesto que mientras la igualdad se sostenía en el tiempo resultaba contradictorio conservar una línea defensiva tan nutrida, cuando el adversario solamente atacaba mediante Rodrigo Mora, si de pisar el área de Carlos Lampe se trataba. Excesivo respeto.

El cuadro argentino redujo espacios, fue una expresión de juego corta en lo que a longitud respecta, tuvo en Leonardo Ponzio a un constante recuperador de pelotas en el medio y ocasionalmente, detrás del único atacante, emergió el talento de Gonzalo Martínez, el que más inquietud provocó.

Acaso el ganador haya quedado en deuda por algunos matices: velocidad y sorpresa. No desgastó al oponente como pudo suponerse en el contexto de la estrategia y abusó de los centros aéreos.

Sin embargo, el fútbol se dilucida por momentos puntuales y está claro que Teodoro Cárdenas acertó cuando determinó las modificaciones señaladas.

Aparte (y al margen de cualquier limitación) el dueño de casa no dejó nunca de creer en la opción de triunfo. Por eso ganó en la recta final. Podrá señalarse que su éxito se fraguó tras fallas específicas del oponente. No obstante, en ello también tuvo que ver la convicción —a momentos con tibieza— para no desmayar  en la faena de quebrar la paridad. Y se sabe que la persistencia adoquina la ruta de la cosecha. Lo de anoche en el Bermúdez no hizo más que corroborarlo.

Óscar Dorado Vega

es periodista.