Gabriela Cañas
La policía intercepta a una activista que se lanzó sobre el coche que llevaba a DSK al tribunal de Lille, este martes. / PHILIPPE HUGUEN (AFP)
Dominique Strauss-Kahn, el que fuera director del FMI y el candidato con más opciones de alcanzar la presidencia de la República Francesa en 2012, ha testificado este martes en el juicio abierto contra él y otras 13 personas por “proxenetismo agravado”. El expolítico socialista —conocido por sus iniciales: DSK— se ha manifestado feliz ante el tribunal de poder, por fin, explicarse sobre este asunto. Desconocía la condición de prostitutas de las mujeres con las que celebraba sus orgías, ha insistido, pero, sobre todo, ha intentado lavar un tanto su imagen. «Da la impresión de que yo desarrollaba una actividad frenética, desbocada», ha dicho. «Eran encuentros sexuales que se produjeron cuatro veces al año durante tres años». Más adelante, sobre los permanentes contactos que mantenía con sus amigos, presuntos proxenetas, ha comentado que no eran tampoco tan frecuentes y que tenía cosas más importantes que hacer. «Le recuerdo que había una crisis económica grave en 2009 y que hemos salvado al planeta –no yo, sino la institución que dirigía– de la catástrofe».
DSK podría ser condenado a una pena de hasta 10 años de cárcel y una multa de 1,5 millones de euros. El tribunal correccional de Lille —donde desde el día 2 han prestado declaración varias mujeres que aseguraron que participaba muy activamente en fiestas sexuales— le acusa de organizar, junto a una red de colaboradores, orgías con prostitutas en esa ciudad del norte de Francia.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
A su llegada al tribunal, tres mujeres con el torso desnudo, activistas de la organización Femen, se han lanzado sobre el coche del antiguo ministro de Finanzas francés, de 65 años. Con gritos que reclamaba la condena de los clientes de la prostitución, las activistas han tratado de frenar, antes de ser interceptadas, la berlina con cristales tintados en la que iba DSK. Es un privilegio que el tribunal ha concedido a DSK, el de entrar en coche hasta el garaje de las instalaciones, mientras el resto de los acusados y las testigos de cargo, entre las que hay varias prostitutas que han rehecho su vida, se ven obligados a pasar por entre la nube de periodistas que hace guardia en la calle.
Vestido con un elegante traje azul marino y corbata en tonos grises, Strauss-Khan ha negado, impasible, ante el tribunal correccional los cargos que se le imputan. No cometió, ha dicho, «ni crimen ni delito alguno», según una carta remitida a los expertos psiquiatras encargados de analizar su personalidad, y que se ha leído ante el tribunal. El expolítico, ahora consejero financiero de empresas y gobiernos, además de conferenciante, ha hecho su primera declaración ante el tribunal aparentemente tranquilo, una mano sobre otra, apoyado en el pequeño mostrador dispuesto en el centro de la sala para los testigos y acusados.
El sumario del caso inculpa a un total de 14 personas, pero señala a DSK como la persona sobre la que presuntamente pivotaba la organización de las orgías —en las que el imputado actuaba en ocasiones de manera brutal con las jóvenes prostitutas, según estas han declarado— y le presenta como el principal beneficiario de esas veladas. Los encausados, entre los que están también un policía, un abogado y varios empresarios, están acusados de organizar una quincena de orgías con prostitutas en Bélgica, París, Nueva York o Washington entre 2007 y 2011. Según las investigaciones judiciales, el grupo tomaba como base de operaciones el hotel Carlton de Lille. DSK estaba en esa época aún al frente del FMI.
La legislación francesa no castiga a quien consume prostitución, pero sí a quien la fomente, proteja o se beneficie de ella; y ese sería, según la acusación, el caso de Strauss-Khan. Sus abogados, sin embargo, insisten en que los encuentros investigados respondían al gusto del expolítico por el sexo y no al pago de prostitutas. Añaden también que DSK cliente desconocía el oficio de las mujeres que participaban en las fiestas sexuales.
El juicio oral comenzó el pasado 2 de febrero, pero el proceso se inició en 2011. Ese año, la policía judicial de Lille inició una investigación sobre supuestas actividades de prostitución en los hoteles Carlton y Des Tours tras varias denuncias anónimas. La apertura del proceso de Lille coincidió con la detención del antes admirado Strauss-Khan en un hotel de Nueva York por presunto abuso sexual a una limpiadora. Tras el arresto, el expolítico socialista dimitió de su cargo.
Fuente: elpais.com