La mayoría decide ir a lo seguro cuando marca un ‘hat-trick’: pone ‘crack’ y la firma para salir del paso.
Dice la tradición que cada vez que se marca un ‘hat trick’ el jugador se lleva el balón a casa como premio por semejante gesta. El delegado es el encargado de una vez dentro del vestuario ir jugador por jugador para que estampen una dedicatoria con su firma en el balón y así el jugador pueda llevárselo como un trofeo a su domicilio. Imagínense que tienen en la plantilla un chico que ya se ha llevado 32 balones a casa. El problema que se presenta a los compañeros es fácil de entender: “¿Y ahora qué le pongo a este?”. Pues es el problema es que jugadores como Xavi, que han vivido los 32 ‘hat tricks’ en directo, empiezan a temer porque resulta prácticamente imposible tirar de la originalidad cuando tienes a Messi en el grupo.
Más de uno ha decidido ir por el camino más recto y salir del aprieto con un conciso y rotundo ‘crack’ cada vez que Leo hace un ‘hat trick’.
Otros en cambio sí se esmeran más, como Mascherano, y son capaces de hacer hasta un párrafo de cuatro líneas de dedicatoria.
El domingo Messi firmó su 32 ‘hat trick’, convirtiéndose asimismo en el jugador del fútbol español con más ‘hat tricks’ en la historia, superando a Telmo Zarra, y además en el que más ha hecho en Liga, 24, superando a CR7.
El delegado siguió la liturgia habitual, recogiendo el balón y ofreciéndoselo a Messi para que se lo llevara a casa. No es la primera vez que Carles Naval ha de estar al ‘quite’ porque Leo se ha ido al vestuario olvidándose del balón de marras. Una vez dentro, Naval vuelve a tomar protagonismo al ser el encargado de recoger todas las firmas. En esta ocasión faltó la de Neymar, que se encontraba de permiso en Brasil.
Ahora imagínense la cara de la pobre Antonella cuando vio a su pareja recoger su trigesimosegundo balón y dejarlo en una habitación con 31 más…
Fuente: www.sport.es