Chaleco sobre chaleco

Álvaro Riveros TejadaAlvaro-Riveros-Tejada311112Cuando la diplomacia de los pueblos es dirigida y manipulada por pueblerinos, sus resultados serán igualmente improvisados y atrasados. Es el caso  ocurrido recientemente con nuestro ex diputado nacional por el Chapare, ex embajador de Bolivia en el Perú y ex ministro de Defensa Jorge Ledezma Cornejo, y su torpe proceder en esas altas funciones encomendadas por el supremo gobierno.No olvidamos su primera metida de pata cuando, a la cabeza de la embajada en Lima,  este truchimán se declaró partidario de llamar a un referéndum para cambiar la Constitución Política del Perú, acto que valió que el canciller peruano Rafael Roncagliolo le llame la atención y lo reconvenga como a un pupilo de primaria espetándole: «Ser diplomático no es fácil, pero las declaraciones del embajador de Bolivia son inaceptables y así se lo hemos hecho saber ayer. Él aceptó nuestra llamada de atención y se comprometió a no volver a hacer ese tipo de declaraciones».En oportunidad de esas desafortunadas aseveraciones el diplomático cocalero no vestía el chaleco de marras, prenda sin mangas que lo emperifollaba en su incursión de aguatero a tierras araucanas donde, en su afán de cambiar agua dulce por agua salada, nuevamente hizo gala de sus proverbiales dislates. Esta vez sin embargo, dicho indumento exhibía un sugestivo logotipo en el que figuraba la leyenda “El mar es de Bolivia” Una iniciativa que topó con el inmediato rechazo en Chile, cuyo  Senado aprobó un proyecto de acuerdo, acusando la actitud del ex ministro como de una “falta de respeto”, lo que tiraba por los suelos la infructuosa, y  cara tarea que significó llevar dicho reclamo hasta el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya.De nada valieron las pueriles excusas presentadas por el diplomático sacabeño: -Que el chaleco había sido cambiado; que el frio reinante le hizo cambiar de chaleco; que al verdadero chaleco lo había enviado a su pueblo para que le tejieran mangas etc. etc. la torta ya estaba puesta y el acto humanitario se fue convirtiendo en un burdo sainete, similar al  protagonizado en el Perú, pero con desmedidos ribetes de figuración personal y zalamería a su jefazo.A tiempo de destituir al trapisondista S.E. manifestó: “Esperemos que estos errores sirvan para aprender”, no precisó sin embargo, el tiempo que toma dicho aprendizaje, ya que son varios los años que este chúcaro funcionario se la pasa metiendo el remo.En la jerga utilizada por los bolivianos para tipificar un sujeto incompetente, chambón, lerdo, bisoño o inepto, se utiliza muy a menudo el término de “chaleco” que engloba todas esas características. La conjunción de bochornos protagonizada por el Plenipotenciario, bien puede calificarse entonces de: chaleco sobre chaleco.