Hijos al volante, un trágico accidente abre un debate pendiente

Santa Cruz, Bolivia.- Tras un hecho lamentable que terminó en la muerte de una adolescente, padres de familia dan su punto de vista sobre el derecho a una licencia de conducir. Los hijos también opinan. Para algunos, se trata de un problema profundo: la presencia del alcohol.

EL DEBER, Santa Cruz

imageSolidaridad ciudadana. La resiliencia permite convocar a una reflexión social. Foto El Deber.



Valeria Brichcy se fue de este mundo bajo la lluvia otoñal de un domingo que ya no es cualquiera. Después de cuatro días de oraciones y vigilia de amigos y familiares, el 5 de este mes ella se marchó con sus 16 años de adolescente, mientras la ciudad se alistaba para consumir el feriado largo de Semana Santa que terminó amargado con la noticia.

La nube negra se colgó del cielo cruceño mucho antes, el miércoles 1 de abril, cuando en una triple colisión, provocada por un adolescente de 17 años que conducía en estado de ebriedad, Valeria sufrió una fractura craneal que le provocó un derrame cerebral.

En esta historias hay una jovencita muerta, cinco adolescentes lastimados, un muchacho tras las rejas y con la juventud quebrantada y un debate pendiente sobre el rol del padre con los hijos, la otorgación de licencias de conducir a menores de edad y la cultura del alcohol en nuestras vidas.

Lo más concreto: Tú me importas

Familiares de la adolescente Valeria Brichcy iniciaron una campaña de prevención llamada Tú me importas.

“Esta iniciativa surgió con la familia de hacer algo por la sociedad”, dijo Verónica Virreyra, tía de Valeria, que explicó que la campaña Tú me importas tiene el objetivo de generar ayuda mutua entre los jóvenes para evitar futuros accidentes.

Virreyra dijo que también se pretende crear una fundación para colaborar a los jóvenes en el tema de educación y prevención de accidentes.

Consideró que la discusión va más allá de la otorgación de licencias de conducir a menores y que la campaña busca llevar a cabo una estrategia que involucre a los hijos, padres de familia y autoridades.

El analista y periodista Carlos Valverde, en su cuenta de Facebook, se refirió a la campaña Tú me importas y rescató que la misma busque que Valeria sea la última joven que muera como consecuencia del alcohol y la irresponsabilidad… “no quieren hacer por hacer… quieren buscar un cambio de comportamiento, en padres, en profesores y los jóvenes como principales destinatarios. Expreso mi silencioso y respetuoso reconocimiento al valor de una familia que no busca a quien echarle la culpa de lo ocurrido sino que se plantea que lo que pasó, sea un nunca más”, enfatizó.

Licencia especial y de ley

Desde 2011, según disposiciones legales, el Servicio General de Identificación de Personas (Segip) es el órgano facultado para otorgar licencias de conducir a personas adultas y también a menores de edad de entre 16 y 18 años. Este trabajo antes lo realizaba la Unidad Operativa de Tránsito.

Roxana Ibarnegaray, directora del Segip, tiene cifras en la mano: “Desde el 2 de enero hasta el 31 de marzo hemos emitido 28.244 licencias en la capital. De esa cantidad, 534 corresponden a la categoría Especial, es decir, a menores de edad”, puntualizó.

Estos datos que lanza Ibarnegaray dan cuenta de que el 1,89% del total de documentos para conducir que se emitieron en el departamento corresponde a personas menores.

Las licencias y el alcohol

El sociólogo Elías Caurey es de los que cree que deberían ser los padres quienes den su aprobación a la posibilidad de darles o no a los menores de 18 años la licencia de conducir; eso significa que, si algo pasa con el adolescente, los padres también son responsables.

La experta en comunicación de masas, Gabriela Pérez Nogales, considera que hay adolescentes de 16 años que aún necesitan un guía para afirmar su carácter. Entonces, opina que en Bolivia no hay políticas de Estado adecuadas para una educación vial para adultos y peor para adolescentes. “Presiento que en algunos casos el otorgar licencias a menores de edad puede ser un abismo para nuestra juventud, que tiene problemas de alcohol y de drogas sin resolver”, enfatiza, sin esconder la realidad de que también hay adultos que conducen un vehículo en estado alcohólico.

Marioly Justiniano trabaja como secretaria en la Universidad Gabriel René Moreno. y desde hace más de una década vive rodeada de jóvenes a los que les ha tomado cariño. Entonces, cuando se entera de que algún hecho de tránsito ha dañado a algún muchacho o muchacha, ella llega a preocuparse como si se tratara de sus hijos. Doña Marioly cree que una medida para evitar más víctimas es que se deje de emitir licencias de conducir a menores de edad y dice que es una irresponsabilidad de los padres que entreguen un vehículo a los adolescentes.

Fernando Pinto, abogado de profesión, dice que si se produce un accidente protagonizado por una persona menor de edad, el propietario del vehículo debe asumir las responsabilidades civiles y penales por haber confiado un motorizado a alguien que no ha cumplido los 18 años.

“Los riesgos resultan muy obvios, pues si bien una persona de 16 años es penalmente responsable, no tiene capacidad plena para asumir responsabilidades ante contingencias, tragedias, desastres ni accidentes provocados por alguna impericia o negligencia”, fundamentó.

Pero hay otras personas que opinan lo contrario. Isabel Ortega defiende el derecho que tienen los menores de edad de portar una licencia de conducir. “Hay muchos estudiantes de colegios que viven muy lejos y que necesitan transportarse. Esa es una justificación válida”, sostiene.

El padre de un hijo adolescente dice que le ha sacado la licencia de conducir a su hijo, pero que también ha profundizado el control, especialmente sobre las horas de llegada. “No lo dejo que lleguen más de las 2:00 y yo lo espero despierto para percatarme de que no haya consumido alcohol”, asegura.

Los menores de edad tienen un discurso coincidente. “A los 16 años ya somos grandecitos para tener una licencia de conducir”, coincide un grupo de muchachos y uno de ellos dice, en voz alta, que buena parte de los accidentes son causados por los conductores mayores de edad”.

Este joven de 17 años no está lejos de la realidad. Según el director departamental de Tránsito, del 100% de accidentes que ocurre en la ciudad, solo el 0,2% es perpetrado por menores de edad.

Ya existe una cuenta en el Facebook con el nombre de la campaña que ya está marchando:  Tú Me Importas Valeria Brichcy. Ahí se ve a una Valeria con sus cabellos rubios y su sonrisa espléndida, también con unas gafas de aviador y varios mensajes que muestran apoyo a la gran cruzada emprendida para que no se registre ni una víctima más.

Fátima Serrano Cortez, una de las participantes, dice, por ejemplo: “Sigo consternada sin conocerte. Por mi fe sé que te encontrás en el paraíso al lado de tu Creador. Tenes una familia y amigos que están siendo guiados por el espíritu; para ayudar a que esto no ocurra con otros chicos, tu muerte no va a ser en vano Valeria Brychcy”. El debate pendiente empieza a surgir

imageLos exámenes a nuevos conductores se realizan bajo la vigilancia de los inspectores del Segip