La corrupción y la crisis afectan al menos a seis gobiernos de la región

Las gestiones de Rousseff y Fernández se ven seriamente afectadas por manejos irregulares de recursos. Bachelet pierde popularidad por los negocios de su hijo y yerna. Peña Nieto sufre por el escándalo de sus casas de lujo y la violencia. Humala soporta el peor escenario político. Los problemas económicos causan estragos en Venezuela.

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La Paz/Juan Eduardo Araos, PÁGINA SIETE



La corrupción y las crisis política y económica golpean al menos a seis gobiernos de la región, cuyos presidentes buscan la manera de retomar el apoyo popular mientras aplican medidas que les permitan salir a flote. Sin embargo, los problemas no cesan.

Las gestiones de las presidentas de Chile, Michelle Bachelet; de Brasil, Dilma Rousseff; y de Argentina, Cristina Fernández  se han visto afectadas por escándalos de corrupción mientras su colega peruano, Ollanta Humala, soporta la peor crisis política que le obligó, ente otros aspectos, a recomponer su gabinete.

Las aguas no están mansas en México, donde Enrique Peña Nieto busca limpiar la imagen de su gobierno, luego de que se supo que vivía en una casa lujosa de propiedad de un empresario que obtuvo contratos del Estado y que su esposa, Angélica Rivera, recibió de Televisa otra vivienda similar. La masacre de 43 estudiantes en Ayotzinapa y el hecho de no haber sido hallados sus cuerpos también afecta su gestión.

El panorama de los problemas continúa con Venezuela, país sumido en una fuerte crisis económica y social. Existe recesión económica, escasez de productos básicos y la inflación más alta de las Américas. Con los números en picada, se han racionado alimentos y víveres.

Y mientras el desabastecimiento causa estragos, la división política y la persecución a opositores empeoran.

Si bien urge a los mandatarios superar las crisis, la pregunta que se hacen diversos analistas es cómo esto repercutirá a futuro en la credibilidad ante la población y en los gobiernos que vendrán.

Venezuela sigue en caída libre

Venezuela es uno de los casos más preocupantes en la región. Con su economía en recesión y sin atisbos de mejora, el gobierno de Nicolás Maduro ha implementado medidas de racionamiento de alimentos y víveres.  La escasez de productos es amplísima  y abarca papel higiénico, alimentos, medicinas y en general todo tipo de víveres.

La caída del precio internacional del petróleo, el principal producto de exportación del país, ha agravado aún más la situación venezolana. El año pasado, el Gobierno intentó vanamente convencer a sus socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que redujeran su producción de barriles, para que así se pudiese contrarrestar el fenómeno de la caída de precios.

A la par de esa situación, no cesa la represión contra los opositores. Tres de los cuatro principales dirigentes opositores están encarcelados acusados sin pruebas. Pueden ser considerados presos políticos.

Internacionalmente, cada vez son más las voces que piden tomar cartas en el asunto. En marzo, el presidente estadounidense Barack Obama consideró a Venezuela como «una amenaza para la seguridad nacional” debido a la situación política que atraviesa. Luego su gobierno matizó la declaración.

Perú, con espionaje y problemas políticos

El espionaje pasó la factura al Gobierno peruano.  El presidente Ollanta Humala tuvo que recomponer su gabinete y cambiar de Primer Ministro luego de que la semana pasada la Presidenta del Consejo de Ministros dejó el cargo tras ser censurada por el Congreso, que la halló responsable de rastreos realizados por la Dirección Nacional de Inteligencia a empresarios, militares, periodistas, políticos opositores y aliados e incluso a la Vicepresidenta del país.

Se pensó que Humala elegiría a un político conciliador para ocupar el cargo de Primer Ministro; sin embargo, nombró a Pedro Cateriano, considerado como el más confrontacional y menos aceptado por parte de la oposición.

A un año de dejar el cargo, Humala tiene entre 22% y 25% de aprobación según las encuestas y soporta una crisis económica debido al retroceso de la minería y la pesca, principales sectores industriales del país.

Su gestión se vio afectada también por su esposa Nadine Heredia, investigada por lavado de dinero. Según las pesquisas, ella no habría justificado ingresos por unos 215 mil  dólares entre 2006 y 2009. La popularidad de la Primera Dama, se fue en picada luego de que este escándalo se diera a conocer.

Chile, el caso Penta y relaciones familiares

En Chile, la presidenta Michelle Bachelet se ha visto gravemente afectada por el caso que involucra a su hijo  Sebastián Dávalos  y su nuera, Natalia Compagnon. Ambos están relacionados con un supuesto tráfico de influencias y uso de información privilegiada.

En plena campaña electoral, los dos pidieron un crédito de 10 millones de dólares para la empresa inmobiliaria Caval, cuyo 50% le pertenece a Compagnon. Uno de los dueños del Banco de Chile, Andrónico Luksic, aprobó el crédito en persona, al día siguiente de que Bachelet ganara la elección.

La inmobiliaria compró unos terrenos que luego quería revender cuando cambiaran de regulación de uso de suelos y subieran los precios.

Bachelet aseguró que se realizarán investigaciones transparentes y cambió a su hijo como asesor. 

El respaldo a la Mandataria chilena cayó a un inédito 31%.

El partido opositor UDI también está afectado por el escándalo del caso Penta, un poderoso holding empresarial, que realizó defraudaciones tributarias y financió así a ese partido. Otro escándalo involucra a la empresa SQM, que financió a políticos de la oposición y del oficialismo.

México, casas de lujo y narcoviolencia

La inseguridad y cifras en rojo afectan a México La inseguridad es uno de los principales problemas de México, donde desde 2006 han muerto más de 80.000 personas de forma violenta y 22.000 están desaparecidas.

En septiembre del año pasado la desaparición de 43 normalistas de  Ayotzinapa causó un duro golpe en la sociedad mexicana y dejó de manifiesto lo incrustado que estaba el crimen organizado en las esferas del poder político local. Los estudiantes fueron ejecutados por sicarios del narcotráfico en coordinación con la Policía y autoridades del estado de Guerrero.

El presidente Enrique Peña Nieto anunció la reestructuración de las fuerzas del orden y una mayor ofensiva contra la delincuencia organizada. Tiene  a su favor que durante su gobierno ya han caído los grandes capos Joaquín  El Chapo  Guzmán, Miguel Ángel Treviño, alias el Z-40, su hermano Óscar Omar, conocido como el Z-42 y Servando Gómez, La Tuta.

Su imagen fue seriamente dañada luego de  que se supo que el matrimonio vivía en una casa lujosa de propiedad de un empresario que tenía millonarios contratos con el Estado y que la primera dama,  Angélica Rivera, recibió como regalo otra vivienda colindante de manos de Televisa. Las dos viviendas suman 113 millones de pesos mexicanos (unos 8,3 millones de dólares).

Brasil está en un abismo por Petrobras

El caso de Petrobras es el abismo que asoma en el camino de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.  Engloba una trama de corrupción que involucra a empresarios, exejecutivos de la petrolera y políticos de toda índole.

Las empresas encargadas de realizar trabajos para la petrolera daban sobornos millonarios a directivos de la estatal a cambio de asegurarse contratos millonarios.  Luego los ejecutivos de la petrolera brasileña entregaban recursos  a los partidos políticos.

Hay una veintena de detenidos y 50 políticos involucrados y muchos más en la mira.

Las cifras manejadas son enormes. Si Petrobras presentara sus estados contables quedarían al descubierto fraudes por 10.000 millones de dólares.

La indignación se plasmó en grandes movilizaciones realizadas hace unas semanas en unas 20 ciudades del país.  Ahora Rousseff soporta su nivel de popularidad más bajo desde 2011.

La indignación popular empeora debido a los problemas económicos que atraviesa el país.  El crecimiento ronda el 1%  y la inflación trepa hasta el 7,7%.

Los brasileños ultiman detalles para otra gigante marcha a nivel nacional el 14 de abril.

Argentina, con unos Kirchner agobiados

En Argentina la noticia de que el hijo de Cristina Fernández, Máximo Kirchner, tendría cuentas millonarias sin declarar en bancos de Estados Unidos e Irán causó duras críticas a la transparencia de la gestión de la Mandataria. 

La gestión de Fernández fue cuestionada hace dos años luego de que se denunció que los Kirchner estuvieron vinculados con un negociado de adjudicaciones de obras públicas.

Según las denuncias, las ganancias irregulares fueron a parar a una red de lavado que envió luego el dinero a paraísos fiscales. 

Otra de las investigaciones judiciales contra Fernández y sus hijos es por el presunto lavado de dinero a través de la cadena de hoteles Hotesur, de propiedad de la familia.

Las acusaciones de corrupción no sólo afectan al seno familiar. En febrero la justicia ratificó el procesamiento por corrupción contra el vicepresidente Amado Boudou.

La gestión de Fernández también encaró el caso del fiscal argentino Alberto Nisman, quien en enero fue hallado muerto en su departamento con un tiro en la cabeza. Él había acusado a la Presidenta de encubrir a funcionarios y exfuncionarios iraníes en el caso del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina

Hay tres modelos en América Latina

Diego Ayo/Politólogo

Evidentemente hay una ola de corrupción en América Latina, pero no hay que confundir la corrupción de un país con la corrupción de otro. Es importante ver el matiz para no caer en el sensacionalismo fácil de pensar que todos son corruptos, todos al mismo tiempo y todos de la misma manera. Creo que hay tres modelos de corrupción bien claros.

Uno es el modelo de la corrupción como algo externo, exogámico, es como hacerte una herida en la rodilla jugando fútbol, no es parte de tu esencia como ser. Yo creo que Chile está ahí, donde la corrupción existe como algo excepcional, no es la regla.

El segundo modelo va por el centro y es lo que pasa en Brasil. Es una suerte de corrupción «de democracia pactada”, con coaliciones secretas y clandestinas.

Hay una institucionalización de la corrupción, muy estable, muy permanente y en la que sabes que, por ejemplo en el caso de Brasil, no puedes hacer una coalición política si no dejas fluir algunos recursos. Evidentemente se les pasó la mano y lo que vemos ahora es sencillamente asqueroso.

El tercer modelo es la corrupción extrema, lo que es ya casi la personalización de la corrupción. No es algo institucional, estable, previsible, en donde sabes que será así como en el caso de Brasil.  Es un modelo descarado y destinado al enriquecimiento. Esta corrupción se ve en Venezuela y en Argentina, donde además la Presidenta la atribuye a fuerzas externas, a la oligarquía que se quiere apoderar del poder. El peligro es que el resto del continente se kirchenerice y que se empiece  a culpar a otras personas.