Preludio tarijeño

Lavive Yañez SimonLAVIVE1Hay un fenómeno interesante en la política: mientras las personas no constituyen una amenaza para el poder son buenas, a veces imperceptibles y, como la vida no pasa en vano, el pueblo que observa aprende.Después de escuchar al presidente Evo Morales referirse de manera despectiva y sin argumentos al candidato ganador de la Gobernación de Tarija, Adrián Oliva, interpreto, por los antecedentes expuestos, sin equivocación alguna, la verdad de la frase de Osho: “una semilla hace que la tierra sea más verde”. Y es que Tarija, sin duda, reverdecerá con el liderazgo ético, cálido y capaz de Adrián Oliva. Liderazgos a los que temen los caudillos, es por eso que la tarea permanente contra los que tienen luz propia es opacarlos de la forma MAS mediocre, con estigmas… fantasmas del temor caudillista.Sin duda, las pasadas elecciones fueron la gran derrota de Evo Morales, porque no permitió a sus candidatos mostrarse frente al electorado con imagen propia, se constituyeron en sombras del caudillo gobernante frente a la necesidad de líderes con autodeterminación y carácter para guiar a su pueblo al desarrollo integral.Sólo un líder eficiente y bien valorado es capaz de administrar la abundancia. Son esas características de eficiencia, equidad, ética y valentía de Adrián Oliva, sumada su generosidad y vocación de servicio hacia los demás, que tienen angustiado a Morales, quien descalificó a sus candidatos al subordinarlos a su imagen, como si éstos no tuvieran identidad y carácter para representarse a sí mismos.La gallina de los huevos de oro se le fue de las manos al gobierno totalitario, cuando el pueblo tarijeño decide renacer en un liderazgo sincero y comprometido con las necesidades reales de su pueblo. Tarija comprendió que solo el ojo del amo engorda el ganado.Moraleja: si quieres llegar al trono, deja lejos los enconos. La descalificación sin argumentos expone al del cuento, a su vulgaridad e incultura que se convierte en tormento.