Tú vales… tu libertad

Lavive Yañez SimonLAVIVE1Ni los gusanos que mandaron a comerse a Leopoldo Fernández, ni los fantasmas de la capitalización que llenó el “buche” populista evitarán la caída del totalitarismo gubernamental, porque como vengo diciendo hace muchos años, no se construye fortalezas sobre arenas movedizas, como la falsa y corrupta nacionalización y la manipuladora descolonización colonizadora de los mal llamados “interculturales” en la representación de cocaleros ávidos de tomar las tierras productivas del oriente.El partido gobernante, si bien nació, con un falso discurso de lucha contra la corrupción, sentimiento social generalizado hasta estos tiempos, no marcó la diferencia moral. La estabilidad económica no es resultado de una conducta ética, ni de políticas con equidad, sino, de los beneficios que generaron las capitalizadas y la elevación de los precios internacionales de la materia prima, entre otros. Se acaba el tiempo de bonanza y aún seguimos con el cántico agorero de la industrialización, que no se materializa en 10 años de gobierno. Corrupción, violencia, trata de blancas, robos descarados, concentración de poder y totalitarismo son el saldo de la demagogia política discursiva, que fracaso, en la propuesta anticorrupción porque olvidaron el liderazgo de principios. Olvidaron implantar la filosofía de servicio, hacer de la calidad en el servicio un comportamiento cotidiano de todos los miembros del partido y por supuesto de los candidatos a puestos de elección popular.Los bolivianos ahora saben que las ofertas políticas son intangibles y el voto depende del prestigio e imagen, por lo que la promoción del voto implica un gran conocimiento y sensibilidad acerca de los valores y necesidades de la población. Eso están escribiendo las plumas de los nuevos liderazgos. Respiro el aire de estos últimos tiempos y con marcado orgullo siento que hemos aprendido a juzgar el futuro por lo que aprendimos en el pasado y que no existe causa más noble que luchar por aquellos que dan su vida por ti.Se cae el imperio de la mentira, el cinismo y la utilización de la pobreza en acciones mezquinas del poder corruptor. Nace un pueblo en el aprendizaje que la humillación necesita de su aprobación y que los caudillos se enterraron por la intolerancia al nacimiento de liderazgos con nuevas visiones, con nuevos sueños, con nuevas esperanzas para los bolivianos. Sin prisa pero sin pausa, caminamos a la libertad.