Martín, Evo y el chavismo

César CamposbelaevoToda sospecha sobre lo que une el dinero venezolano es completamente válidaVoceros oficialistas sostienen que la detención de Martín Belaunde Lossio, por parte de la policía de Bolivia, demostró fehacientemente la inexistencia de un contubernio entre los gobiernos de Ollanta Humala y Evo Morales destinado a beneficiar en algo al prófugo. Y que quienes lanzaron esa hipótesis deben purgar golpes de pecho o curas de silencio por tan atrevida imputación.Ese chiste resulta deleznable en pocas líneas. En primer lugar, dos fugas escandalosas de Belaunde Lossio —del Perú a Bolivia y luego desde la residencia de su arresto domiciliario en La Paz a la frontera con Brasil— no es moco de pavo como para pensar devotamente de Humala y Morales. Menos cuando el engorroso camino de la extradición planteada por el régimen del peruano hace agua por todos lados. Mucho menos cuando el excajero nacionalista agarra las de Villadiego en la cara de cinco custodios bolivianos.En segundo lugar, el gobierno de Morales tiene antecedentes de hacerle trastadas judiciales al Perú, cobijando a nuestro compatriota Walter Chávez, presunto miembro del MRTA, en calidad de “refugiado político” y rechazando la extradición solicitada por los jueces de nuestro país.Y tercero, porque no es sino hasta hoy día —gracias a la revista “Hildebrandt en sus Trece”— que supimos acerca de la ruptura de Belaunde Lossio con el chavismo venezolano, al proporcionarle a ese semanario el reporte de las llamadas telefónicas que habría realizado Nadine Heredia a Caracas, desde un celular pagado por el exprófugo, para comunicarse con Julio Augusto López, el hombre que la remuneró con 100 mil dólares por publicar en The Daily Journal y donde nunca figuró un solo artículo de la lideresa nacionalista.Caído en desgracia en el círculo chavista, poco les importa a Ollanta y a Evo el destino de Belaunde. Solo demuestran que sí se la jugarían por alguien menos controversial.Político.pe