Prostitutas argentinas exigen poder emitir facturas

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La prostitución está prohibida en numerosos países. En Argentina no está legalizada ni regularizada, por ello, un grupo de prostitutas de aquél país decidieron exigir su regulación de una forma muy peculiar: ofreciendo facturas a los clientes. Con el lema “Con el estigma a otra parte», la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) volvió a proponer el debate de la regularización de la prostitución en Argentina.

Como parte de la campaña de comunicación lanzada en Buenos Aires, presentaron los modelos de recibos que comenzarán a repartir en el que se pueden leer: «Servicio Sexual Completo, Francesa, Convencional, Servicios para parejas, Fantasía con dos participaciones» entre otros.



Para las representantes de Ammar la campaña busca que visibilizar su trabajo. «Es un trabajo como cualquier otro y quienes lo ejercemos somos también trabajadoras con derechos y obligaciones», explicó Georgina Orellano, secretaria general de Ammar: «A muchos quizá les parezca sorprendente recibir una boleta (factura) con un servicio sexual, pero buscamos de esta forma eliminar el gran estigma que existe hacia nosotras y hacia nuestro trabajo».

En ese sentido, las delegadas de Ammar les enviaron a políticos y líderes de opinión algunos recibos con precios simbólicos. Por ejemplo, el recurrente «francés» tiene un costo de 200 pesos argentinos, mientras que por un «servicio completo», la tarifa ofrecida fue de 500 pesos.

La lucha de las prostitutas argentinas para que se reconozcan sus derechos tiene orígenes remotos. La asociación que agrupa a las meretrices argentinas se fundó en 1995 y lucha desde entonces por la aprobación de una ley del trabajo sexual que les conceda los mismos derechos que cualquier otro trabajador. «Mientras no esté regulado el trabajo sexual, va a persistir la violencia institucional contra nuestro sector», señaló Orellana, legisladora al Parlamento de la ciudad de Buenos Aires.

En Argentina la prostitución no está prohibida pero tampoco está legalizada ni regulada de algún modo. En ese sentido, su naturaleza jurídica es un tanto ambigüa, pues existe un vacío legal al respecto que, según la organización no gubernamental Ammar, deja a las trabajadoras sexuales estigmatizadas ante la sociedad.»Se confunden delitos como la trata de personas y el proxenetismo con actividades lícitas como el trabajo sexual de mujeres mayores de 18 años que ejercemos por voluntad propia», sostiene.

«Nos ganamos la vida dignamente paradas en la esquina de un barrio, en un departamento privado, bailando en cabarets o sirviendo copas para llevar el sustento a nuestras casas, a nuestros hijos. Contamos con distintas realidades pero con una identidad laboral común, real y concreta:todas somos mujeres trabajadoras sexuales autónomas», explicaron las trabajadoras en una carta abierta a la presidente de Argentina, Cristina Fernández, enviada con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemoró recientemente. «Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública, y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico de la sociedad», finalizaron.

(Con información de El Mundo de España)

Fuente: www.etcetera.com.mx, Red Uno