Evo Morales vuelve a las misas por la cercanía con el Papa pero choca con jerarquía de la Iglesia boliviana

Al menos cinco tensiones vivió la Iglesia católica de Bolivia con el Gobierno de Evo Morales. La historia de la Iglesia católica cambió drásticamente desde que Evo llegó a Palacio Quemado. La jerarquía religiosa era por costumbre la intermediadora en todo conflicto social, pero ahora quedó relegada.

Morales vuelve a las misas por la cercanía con el papa

El jefe de Estado no comulga en la eucaristía y visita a los sacerdotes que lo ayudaron cuando era dirigente cocalero. Recibe consejos de los religiosos.

EL DEBER, La Paz



Evo Morales retomó esa vida religiosa que cuando era dirigente cocalero lo llevó a conocer a sacerdotes que lo ayudaron para crecer en la política. Los fines de semana se lo ve en Chapare participando de la eucaristía de los domingos, pero también busca a religiosos “amigos” de los cuales acepta consejos para llevar una buena relación con la jerarquía de la Iglesia católica.

El mandatario no suele comulgar, pero escucha la homilía con dirigentes cocaleros y amistades.

Esperandio Ravasio es el párroco del municipio de Eterazama, en el trópico de Cochabamba. El sacerdote, de origen italiano, vive tres décadas en Bolivia y conoce al mandatario desde hace 20 años. La última vez que se encontró con Morales fue a finales de mayo, cuando el dignatario llegó a Eterazama y lo invitó a cenar.

“Siempre caminé con él (Evo); tiene mucho cariño por su gente y siempre respetó a la Iglesia. Le comento una anécdota, una vez le salvé la vida cuando una mujer argentina intentó dispararle. Evo siempre fue agradecido y cuando llega a Chapare intenta buscarme para cenar o aunque sea tomar un refresco”, comentó el sacerdote.

Ravasio contó que Morales, cuando era dirigente cocalero, asistía a la eucaristía en Villa Tunari, pero no recibía la comunión. Ahora, el dignatario suele ir a misa en Shinahota y el sacerdote tiene conocimiento de que el jefe de Estado continúa rechazando la hostia.

“Eran otros momentos, la comunión no (recibía), pero iba muchas veces a la parroquia de Villa Tunari; misas, encuentros donde tomábamos refresco, siempre nos ayudábamos”, relató el sacerdote italiano.

Vuelve a confiar

El entorno sindical de Morales tiene la misma percepción. Julio Salazar, dirigente cocalero y exsenador, comentó que desde que el dignatario se acercó al papa Francisco “volvió a confiar” en la Iglesia católica. Acotó que suelen ir a misa en Villa Tunari o en Chimoré los fines de semana y ratificó que el presidente no comulga.

“Era sagrado ir a la misa (cuando éramos dirigentes), primero era la misa, pero ahora por el tiempo el presidente no asiste mucho, pero volvió a confiar en la Iglesia desde que tuvo acercamiento con el papa Francisco”, relató Salazar.

Morales visitó en dos ocasiones al sumo pontífice en el Vaticano. En una de ellas mantuvieron una cena informal. También invitó a su santidad a Bolivia y está confirmado que Francisco llega al país el 8 de julio y se va el 10 a Paraguay.

También, Morales valoró las palabras de Francisco y las medidas que asumió en el Vaticano. “Siento que ahora sí tengo un papa”, afirmó el mandatario luego de visitar a su santidad.

El presidente también visitó al papa Benedicto XVI, anterior a Francisco, y le entregó una carta para reformar la Iglesia. Le pidió que las mujeres puedan acceder al sacerdocio

Evo choca con jerarcas y alaba a la curia católica

Al menos cinco tensiones vivió la Iglesia católica de Bolivia con el Gobierno de Evo Morales. El mandatario es cercano al papa, pero a la vez pidió la desaparición de la jerarquía.

EL DEBER, La Paz

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Mejoraron la relación, antes el jefe de Estado calificó a la iglesia como sus enemigos. AFKA

La historia de la Iglesia católica en Bolivia cambió drásticamente desde que Evo Morales llegó a Palacio Quemado. La jerarquía religiosa era por costumbre la intermediadora en todo conflicto social, pero ahora quedó relegada.

Es más, desde que se aprobó la Constitución Política del Estado, Bolivia dejó de ser un Estado católico y pasó a ser laico y con libertad de religiones. Bajo la nueva lógica, el mandatario siempre tuvo buena relación con la curia instalada en el Vaticano, y por el contrario, tuvo muchos roces con los jerarcas religiosos en Bolivia, a quienes los calificó como sus “enemigos”.

Ahora, la Iglesia católica en Bolivia revela duras críticas que a veces se orientan a un papel político. Pero también aplaude la gestión del Gobierno, como por ejemplo, el manejo económico.

Esta ambivalencia entre Iglesia y Gobierno se vivió desde que Morales está en el poder. Hace poco se tensionó a causa de la campaña del padre Mateo Bautista, que pide el 10% de inversión para el sector de salud. Las autoridades lo tildaron de “derechista”.

La socióloga María Teresa Zegada identificó paradojas en la relación entre el jefe de Estado y la Iglesia. “Vemos a un presidente que dice que el papa Francisco es ‘su papa’ y también vemos a un presidente peleado con la Iglesia en Bolivia, a la que tilda de opositora, es paradójico”, consideró.

Por su parte, el diputado Manuel Canelas (MAS) prefiere dividir la explicación. Una cosa es, dijo, la relación con la jerarquía, y otro es el entendimiento con los creyentes. “Vimos a jerarcas metidos en política, en críticas hacia el Gobierno, pero también vimos a sacerdotes y creyentes que se ocupan de su pueblo. Entonces, son dos casos muy diferentes”, explicó.

Al menos cinco conflictos marcaron la relación entre Ejecutivo y la curia. El primero en julio de 2009, cuando Morales pidió que la Iglesia católica “desaparezca” de Bolivia porque es un “símbolo del colonialismo europeo”.

Denuncia de narcotráfico

En noviembre de 2010, el monseñor Tito Solari, entonces arzobispo de Cochabamba, denunció que niños comercializaban droga en Chapare. El jefe de Estado lo tildó de “vocero del Gobierno de EEUU”.

Otro desencuentro, y quizá el más relevante, sucedió en julio de 2013, cuando Morales impulsó la creación de la “Iglesia católica, apostólica renovada del Estado Plurinacional”. El intento quedó en nada. El arzobispo de Oruro, Cristóbal Bialasik, criticó este hecho y consideró que el Gobierno intentó esa época “dividir la fe” de los bolivianos.

Otra tensión se produjo en agosto de 2014, cuando el MAS calificó al cardenal Julio Terrazas de “derechista” y “proimperialista”. El mismo papa Francisco apoyó a los sacerdotes bolivianos.

La última fricción sucedió con el padre Mateo, a quien tildaron de “derechista” por buscar inversión en salud.

El viceministro de Comunicación, Marcelo Elío, detalló que la relación con el clero mejoró y que ahora se trabaja para recibir al papa.