El sucesor de Hugo Chávez al frente de la dictadura “bolivariana” agita tambores de guerra contra dos países vecinos de Venezuela: Guyana y Colombia.Esto sucede mientras su régimen se debate en la ruina económica y cuando todo apunta a que, por más fraude que implemente, la oposición se encamina a la victoria en las elecciones parlamentarias.Aunque el chavismo intentó dilatar lo más que pudo estos comicios, finalmente la presión internacional y las huelgas de hambre parecen haber dado frutos, y la votación acaba de ser convocada para el 6 de diciembre.Ante la previsible derrota, Maduro y sus asesores cubanos diseñan la estrategia de “elecciones en circunstancias complejas”, lo que significa que el proceso electoral podría darse en un panorama aún más enrarecido que el de anteriores comicios: en este caso, en medio de fuertes tensiones internacionales que pueden incluir algún grado de enfrentamientos militares.El primer dispositivo de la estrategia fue el decreto por el cual Maduro redefinió los límites de Venezuela, incluyendo territorios ricos en petróleo en disputa con Guyana, así como zonas marítimas litigadas con Colombia.Luego de esta abierta provocación, el premier chavista se apresta a convocar a la “unión militar”, entendiendo por tal una “unión cívico-militar para defender la patria”.Esto puede significar tanto una mayor militarización de su ya bastante castrense gobierno como la producción de escaramuzas fronterizas, pasando por la emisión de nuevas normas represivas contra opositores, acusándolos de traición a la patria o alguna figura similar.Al mismo tiempo, Maduro amenaza con desconocer un triunfo de las fuerzas democráticas, adelantando que de producirse la victoria de “la derecha” en la Asamblea Nacional él se “volcará a la calle junto al pueblo”. Está claro que tal golpe de Estado requerirá de excusas de gran calibre y qué mejor que un conflicto bélico para proveerlas…[email protected]