La mítica banda norteamericana de heavy metal Kiss revolucionó Barcelona este fin de semana luego de conmemorar el cuarenta aniversario de su fundación. La banda ha entusiasmado a un público entregado, en un concierto que no ha defraudado.
Las luces y la pirotecnia han ayudado a hacer de la noche un verdadero espectáculo de color rojo y amarillo, con el fuego como elemento clave. El sonido, apabullante. La energía, infinita.
A la cabeza han estado, como siempre, Paul Stanley y Gene Simmons, los únicos miembros fundadores y estables durante cuatro décadas del cuarteto.
Se ha podido percibir el cambio de puesta en escena que Kiss ha experimentado en los últimos años, en parte impulsado por los ex integrantes del grupo Ace Frehley y Peter Criss.
Hoy en día, Kiss sale al escenario de una forma mucho más espectacular y extravagante que hace un par de décadas, algo que ha sido criticado por una parte de su público y de la crítica, pero que ha acabado impregnando a numerosos artistas de pop y rock y cimentando el “merchandising” musical.
En este concierto en Barcelona el público estuvo formado en su mayoría, por padres y madres de familia, que han dejado a sus hijos cenando con los abuelos, para poder disfrutar de los éxitos que, cuando eran jóvenes, bailaron sin parar en la discoteca.
Es el caso de “I was made for lovin’you” o “Rock and Roll all nite”, que cerraron la noche con una lluvia de confeti y el escenario en blanco y negro.
Los asistentes, muchos de ellos asistieron con la cara pintada como sus ídolos y mantenieron la sonrisa hasta hasta el final en una noche cálida y perfecta. EFE
Fuente: www.globovision.com