Ponerle reglas al Estado

Roger Mario López Justiniano*RMARIODesde antes de la constitución como República en 1825, Bolivia ha presentado una gran dependencia a un solo producto de exportación para sostener su economía. En los inicios de la era republicana era la quina o cascarilla nuestro producto estrella. Sin embargo, debido a las malas instituciones (proteccionismo) no se pudo sacar ventajas. Por otro lado, si bien se intentó extraer plata desde 1830 -cuando los precios estaban altos-, no fue sino hasta 1872 cuando se da un cambio institucional en la economía (en resumidas cuentas, que el Estado no abuse del sector) es que se logra un gran incremento en la producción del metal aun cuando los precios internacionales habían caído drásticamente.En la última década del siglo XIX y los primeros veinte años del siglo XX les tocó el turno, casi simultáneamente, a la goma y, hasta 1940 al estaño. La historia es francamente la misma: estamos felices mientras los precios están altos y entramos en crisis cuando los precios internacionales caen.Y, si en Bolivia no hemos mejorado en el largo plazo con los precios altos de nuestros productos de exportación, ¿qué debemos hacer?La respuestas a esta pregunta son diversas, comenzando porque el Estado diversifique la economía (respuesta que olvida que en presencia de recursos naturales de gran valor los Estados tienden a ser más corruptos) hasta la planteada por Sala-i-Martin y Subramanian quienes indican que la renta debería ser transferida directamente –en base a alguna regla- a los ciudadanos y que se los grave, con el fin de que estos tengan mayores incentivos en fiscalizar cómo se gastan sus recursos. (¿Mejor que el pacto fiscal?)Como deja entrever la historia, Bolivia ha tenido épocas de altos ingresos producidas por el boom de precios de un solo producto y no ha sabido aprovechar estas grandes oportunidades. Si bien es deseable diversificar la economía no es necesariamente cierto que el Estado deba hacerlo directamente. La historia y la evidencia empírica respaldan que una condición necesaria para crecer en presencia de recursos naturales abundantes es la existencia de instituciones adecuadas que disminuyan la incertidumbre, establezcan derechos de propiedad y aseguren la independencia judicial. En otras palabras, para crecer, es necesario ponerle reglas al Estado.*Estudiante de Economía